La gallina Caponata. Carlitos Sierra
Como en las películas de Wald Disney, hay que aclarar que
no se maltrataba a la gallina protagonista de esta historia. Al menos a
Caponata, porque sus compañeras y algunos patos los mató uno de los dos
perritos de la casa, Yaki o Palmi, ambos muy parecidos, aunque la perra mucho
más espabilada. De hecho creo que el desastre avícola fue obra de Palmi, y como
no se pudo atraparla casi lo paga Yaki, con una escenificación de
ajusticiamiento que yo heroicamente impedí. El caso es que la gallina
“sobrevividora” hizo justicia a los engranajes de la selección natural, y
resultó excepcional en todo. Y lo del no maltrato lo prueba el que no se iba de
los alrededores de la cabaña y en ocasiones de dentro. A veces dormía encima de
un estrecho armario en el pasillo al que en prevención pusimos papeles de
periódico y un cacharrito de agua. Como era una gran gallina negra parecía un
águila disecada.
Cuando íbamos al polideportivo de Bigastro a
jugar al fútbol nos la llevábamos de mascota, y solo al principio de algún
partido de broma la usábamos de balón, no chutándola, sino impidiéndole la
huída hasta que conseguíamos que entrara en una de las porterías. Luego
contábamos que habíamos jugado partidos
completos con Caponata de balón, y aunque resultaba cruel escucharlo la
gente sabía que no haríamos nunca daño a nuestras mascotas, aunque la realidad
supere muchas veces la ficción.(A parte de Caponata teníamos una coneja y un
gran cerdo blanco-belga llamado Curry, con el cual jugábamos a rodeos, y mis
compañeros le echaban los platos de hervido que con tanto cariño les preparaba
cuando me tocaba cocinar a mí.
Caponata estaba tan acostumbrada a los campos
de fútbol que en un partido Murcia-Valencia retransmitido por tv, mis
compañeros la echaron al campo. Yo creo que vi la retransmisión desde “La
Cabaña” y creo recordar los largos minutos en que Caponata esquivó al personal
hasta que finalmente entró en la portería para librarse de la gran persecución
con tan cuantioso público y cámaras de tv, llenos de estupor y auténtica
admiración y sorpresa.
Caponata fue una gran gallina. Pionera de la era espacial. Subio varios metros con un cohete atado a una pata
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