El “Coche Sierra” Carlitos Sierra
No se entenderían las “Historias de la Cabaña” que hoy inauguro, sin el “Coche Sierra”. Por ello quiero dedicar esta primera historia a mi querido “Coche Sierra”:Un Renault 10 del año 1966, tres años mayor que yo, matrícula de Cuenca 11.847. ! Solo existieron antes que él 11847 coches en la manchega provincia de Cuenca!.
El nombre de “Coche Sierra” se lo pusieron mis compañeros de piso cuando estudiábamos Ingeniería Técnica Agrícola en la capital de la Vega Baja, Orihuela.Y a los cuales les debo los años más intensos de mi vida que compartimos mi coche y yo con ellos en una particular casa de huerta llamada “la cabaña de Inma y Jesús”. Cuando al “León” , que también se conocía con este nombre al coche por el característico rugido de su motor trasero, se le rompía la marcha atrás, lo aparcábamos a pulso. En el maletero situado en la parte delantera llevaba un saco de cemento de 50 Kg y los apuntes de cálculo infinitesimal (varias carpetas) para que el viento no le desviara de su originaria dirección.
También, y sobretodo tras un largo viaje, se le solía romper la dinamo, y hasta que por unas 2.000 pts no compraba otra en un desguace debíamos arrancarlo empujando, y evitar por supuesto conducir de noche.
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Al “Coche Sierra” le entraba agua por todas partes cuando llovía, y aunque bajo las alfombrillas de los asientos traseros tenía unos agujeros para desaguar, sino se quitaban éstas, el agua se acumulaba en la base y el mayor inconveniente era que al frenar la inercia conducía esta agua en reposo hacia los pies del conductor....pero era divertidísimo poner renacuajos de alguna charca y cuando recogíamos a primera hora a algunas compañeras camino de la escuela gritaban con espanto alucinadas -“hay peces!”...
Con el tiempo los agujeros de evacuación se agrandaron hasta el punto que quitando las alfombrillas se veía pasar el asfalto bajo los pies de los pasajeros, que exclamaban....- un poco más grandes y podemos sacar los pies para impulsar este trocomóvil como el de los Picapiedra!....
En cierta ocasión un día lluvioso, el “Coche Sierra” se averió camino de un examen de formulación química, y sus pasajeros debimos abandonarlo en el barro, tras varios intentos fallidos de arrancarlo empujando. Seguimos el viaje a la escuela en autostop...Esto ocurrió ya cerca de ésta, junto a los grandes tubos del trasvase Tajo-Segura....Cuando al día siguiente volví con dos compañeros a rescatarlo, allí, en medio del barrizal, destacaba mi querido coche embarrado y con dos grandes adhesivos en las puertas donde en oscuras letras de imprenta se podía leer: RALLY PARIS -DAKAR....EQUIPO TOYOTA: CARLOS SIERRA y LUIS MOYA. (Había sido mi amigo Paco Rueda con ayuda de los incipientes programas de ordenador e impresión en la imprenta de su colega “el Topo”.). Estos carteles siguieron en las puertas de mi coche un par de meses, a disgusto por cierto de mi madre que decía:- el nombre de tu padre de aquí para allá en una puerta de coche viejo!. Yo estaba seguro que mi padre estaría bien orgulloso de ello.
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