jueves, 29 de enero de 2015

El Arlequín, la Gramola y el Chanos. Carlitos Sierra y Mateo Hernández.





Estos bares de Orihuela entre otros, como el Cicuta o Doñaku, eran frecuentados por cabañeros y calasporros en fraternal convivencia cuando jueves noche, o incluso domingos noche y algunos lunes, llegábamos a Orihuela con el dinero justo para pasar la semana.( El fin de semana la mayoría de nosotros trabajábamos en alguna “cosilla”, como Juan en una discoteca, Mateo en el Bar de su padre, Chema ayudando al suyo que era encargado en una gran Finca en Calasparra, yo de monitor en excursiones con chavales...). El problema es que éramos tan buenos clientes que nos fiaban, y el lunes cuando íbamos a pagar nuestras deudas de la semana anterior, volvíamos a caer en deuda.

Paso a transcribir una conversación de whatsapp, en que el genial de Paco Rueda refleja con exactitud la confianza de que gozábamos en estos bares:

-Mateo:

Paco, ¿cuéntame qué pasó en el Arlequín?.

-Paco:

Pues...

Tras una larga noche de fiesta...

A la hora de pagar,

no teníamos un duro.

Y no sin grandes dificultades,

conseguimos darnos a la fuga.

Yo pensé (de vez en cuando pienso): No vuelvo.

Pero al día siguiente:

El amigo Julio me dice,

tranquilamente:

Vamos al Arlequín a tomar un café.

Y digo yo: Ande?

Y me dice: Al Arlequín.

Digo: No puede ser.

No pasa na: Ayer volví y lo arreglé todo.

Y yo digo: Ok.

Ya en el Arlequín, digo: Bueno, vámonos!

Vamos a pagar.

Y me dice: Ya está todo arreglado.

Y cuando estamos fuera me dice el fenómeno:

Tu has pagado hoy los cafés?.

Digo: Nooo.

Y dice: Pues yo ayer tampoco...

En fin, que Juliete se manejaba como el sargento de “la Cabaña” que era, y recuerdo mil historias en las que su personalidad y determinación nos hicieron pasar grandes momentos en los que nuestra amistad se afianzaba más y más día a día. Solo cuando no respondíamos a sus altas espectativas nos soltaba una de sus frases como la que afirmaba: “Quien con críos se acuesta, meado se levanta”.

Una “Semana Santa” en las fiestas del “Bando de la huerta” en Murcia, fuimos con la cuadrilla de Juan, todos vestidos de huertanos. (A mi me vistieron entre todos con una prenda de cada). Y Julio

llevaba el traje huertano de Guardamar con dos limones bordados a la espalda, negro en lugar de blanco como todo el mundo.

Cada dos por tres le preguntaban: De dónde es ese traje?... Y Julio contestaba todo serio: -De San Sebastian....

Gracias Julio por tu amistad. Un fuerte abrazo.

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