viernes, 30 de enero de 2015


Una historia flamenca. Juanillo Pérez


Queridos amigos , quiero contaros una historia divertida de mi amigo paco, que como amante de la buena música, escuchaba todo tipo géneros musicales.
Recuerdo cuando íbamos en su coche, mas conocido como el pacmovil, siempre ponía en el casete digital ultimo modelo, cintas de música buena.
Hubo una temporada que a nuestro Paco le dio por escuchar flamenco.
Daba gusto ir con Paco en su coche y verle imitar los gestos de los mas puros cantaores flamencos, y salir de lo mas profundo de su garganta, esos resquebradizos tonos flamencos, que a hacía que a nosotros también nos picara el gusanillo de arrancarnos por soleares.

En el pacmovil nunca faltaban cintas de la gran perlita de Huelva, Rafael Farina, la niña de la puebla y sobre todo, nuestro Paco, era fan de fosforito.
Como veréis el flamenco en estado puro .
En la gran Orihuela había una tienda de música especializada, en la esquina de la calle mayor. El dueño era amigo de Paco, y lo gracioso del caso es que Paco me mandaba a mi a comprar cintas de fosforito y a preguntar sobre las novedades de artistas flamencos . A nuestro Paco, cosas de la juventud, le daba cierto reparo. Lo cual era motivo de risas entre todos que siempre era nuestra tónica
En el pacmovil vivimos grandes nomentazos.
Recuerdo en otra ocasión, que fuimos un medio día a Bigastro Paco y yo a pillarnos unos katovit para estudiar a una farmacia.
Llegamos y estaba cerrada. Nos bajamos y vimos en el cartelito que habría a las 4 de la tarde, y decidimos esperar montados en el coche, justo enfrente de la farmacia
Cual fue nuestra sorpresa que pasaron dos veces los municipales despacito por la calle y mirándonos .
Nosotros , como estábamos acostumbrados a mil batallas, no hicimos demasiado caso
Nos sorprendía que fueran las 4 :20 y la farmacia que no habría.
Y entonces caímos en la cuenta que la dueña asomada a la ventana de la casa, que estaba encima de la farmacia, pensaba que estábamos esperando que habriera para atracarla.
!!! Que pinta nos vería la señora!!!
Y entonces entendimos lo de los municipales.
Al final abrió y nos vendió los katovit y comprobó que eramos buenos zagales.
Algo desjilachaos pero buenos zagales

jueves, 29 de enero de 2015

Una noche loca y un examen de álgebra. Paquito Ruedita



Si, ya se que soy muy joven para dar consejos. Pero si tuviera que dar algún consejo, lo daría a los estudiantes de agricultura.
No hagáis trampas en los exámenes. Ya se que es tentador pero tener en cuenta que os podrían pasar cosas como estas....
El álgebra es una materia altamente tóxica. Yo estuve a punto de volverme loco con el tema de los conjuntos disyuntivos, matrices cuadráticas y demás algoritmos subjuntivos.

En la escuela de peritos, por aquellos años en los que yo hacia como que estudiaba, el temor de los alumnos a la asignatura de álgebra era legendario.
Muchos pupilos de aquél señor de bigote, tardaban años en sacarse la asignatura. Era algo curioso que el libro de álgebra, tenia la primera hoja y quizás la segunda en los alumnos mas aventajados totalmente gastada por el uso. Sin embargo a partir de la tercera página, era difícil hojear el libro porque de nuevo, muchas de estas páginas estaban pegadas.

El caso es que en el primer examen de álgebra que tuvimos, pues claro, estábamos algo desanimados. La verdad es que no decidimos presentarnos a dicha prueba.
Sentados el día antes del citado examen viendo tranquilamente la vetusta televisión en blanco y negro que nos prestó la Lola para que no nos aburriéramos mucho, de repente, la vorágine de la vida nos vino a visitar.
Dos veteranos de cuyos nombres no podría recordar, abrieron la puerta y nos dijeron que si queríamos el examen de álgebra que ellos lo podían conseguir. Por la módica cantidad de cienmil pesetas, eso si.
Las condiciones es que no se lo podíamos decir a nadie. Que lo traerían a altas horas de la noche y que si no era ese el examen no nos devolverían el dinero.

Nosotros, que pensamos enseguida en la panacea de tener el álgebra aprobada y sin estudiar, dijimos que si, que aceptábamos el trato.
Nuestro presupuesto, obviamente no llegaba ni por asomo a la cantidad aludida y por ello nos vimos en la penosa necesidad de buscar unas diez o doce personas a las que les pudiera interesar el negocio.
Nos pusimos manos a la obra, o mejor dicho al coche y nos recorrimos todos los pisos de estudiantes de Orihuela que conocíamos. Algunos de ellos no quisieron abrirnos las puertas mas por la mala reputación que teníamos que por las horas intempestivas que eran. Mas de las doce de la noche.
Finalmente conseguimos reclutar unos catorce estudiantes que como no se fiaban se vinieron con nosotros a la Cabaña y que permanecieron escondidos en rincones y bajo las camas de la casa en previsión de que volvieran los que traían el examen.
Resuelto el tema económico mas o menos, caímos en dos importantes cuestiones. La primera es que aunque tuviéramos el examen, ¿Quien lo iba a resolver?. Ninguno de nosotros tenia ni pajotera idea de la materia.Y la segunda y no menos importante...Juanillo no estaba en la Cabaña. Ese día se había ido a su casa, ya que no pensaba hacer el examen.
Ni cortos ni perezosos, nos fuimos a buscar la casa donde vivía el empollón de la clase y con alguna argucia intentar convencerle para que se viniera y nos resolviera el examen. La tarea no fue fácil en absoluto, ya que el personaje se negaba obstinadamente a concedernos su ayuda. Creo que tuvo que haber alguna amenaza de por medio para que finalmente cediera a colaborar en la tarea.
Cuando llamamos a casa de Juanillo, el teléfono lo cogió su padre. La conversación, que no olvidaré, no tuvo desperdicio.

Doce y media de la noche:
-Buenas. Está Juanillo?
-¿Que? Juanillo?¿Quien lo llama?. Está acostado.
-¿Puede decirle usted que se despierte? es un asunto muy importante.
- ¿Un asunto muy importante? ¿No puede esperar a mañana? Juanillo esta muy cansado.Decirme a mi de que se trata.
En este punto hay que aclarar que el padre de Juanillo era entonces Capitán de artillería y que por ninguna circunstancia queríamos que supiera que íbamos a comprar el examen.
-Mire usted, es que mañana tenemos un examen de álgebra y queremos que se presente con nosotros.
-Ha el examen. Si, pero me ha dicho que no ha estudiado y que no se presenta.
-Si, pero queremos hablar con él para decirle que se presente. Que nos hemos puesto ahora a estudiar y que vamos a estudiar mucho esta noche.
-¿Que? Me estáis tomando el pelo? ¿A que hora es el examen?
-A las nueve de la mañana.
-Vosotros sois los compañeros de Juan?¿Habéis bebido algo?
-Noooo, por favor, háganos caso, despiértelo que vamos a estudiar mucho.
El padre estaba bastante confuso y dubitativo.
-Ha, se nos olvidaba.....!que se traiga diez mil pesetas¡
Entonces fue cuando ya el bueno del padre de Juan no pudo aguantar mas y nos dijo que le dijéramos que cojones pasaba y que es lo que queríamos.
Finalmente no tuvimos mas remedio que confesar y Juanillo que ya se había despertado emprendió el viaje a Orihuela.

Para terminar solo diré que sobre las cinco de la mañana aparecieron los delincuentes robaexamenes y nos ofrecieron el examen que no presentaba fecha. La falta de este fundamental dato les hizo bajar la puja y ofrecernos el examen por la mitad de precio sin garantía de que fuera bueno.

Como eramos un poco ilusos pero no tontos, decidimos no aceptar el trato y se fueron por donde habían venido. Tras tres infumables años estudiando teoría de conjuntos y su asociación  a las matrices, un feliz día logre aprobar la asignatura, pero esa es ya otra historia.



El Arlequín, la Gramola y el Chanos. Carlitos Sierra y Mateo Hernández.





Estos bares de Orihuela entre otros, como el Cicuta o Doñaku, eran frecuentados por cabañeros y calasporros en fraternal convivencia cuando jueves noche, o incluso domingos noche y algunos lunes, llegábamos a Orihuela con el dinero justo para pasar la semana.( El fin de semana la mayoría de nosotros trabajábamos en alguna “cosilla”, como Juan en una discoteca, Mateo en el Bar de su padre, Chema ayudando al suyo que era encargado en una gran Finca en Calasparra, yo de monitor en excursiones con chavales...). El problema es que éramos tan buenos clientes que nos fiaban, y el lunes cuando íbamos a pagar nuestras deudas de la semana anterior, volvíamos a caer en deuda.

Paso a transcribir una conversación de whatsapp, en que el genial de Paco Rueda refleja con exactitud la confianza de que gozábamos en estos bares:

-Mateo:

Paco, ¿cuéntame qué pasó en el Arlequín?.

-Paco:

Pues...

Tras una larga noche de fiesta...

A la hora de pagar,

no teníamos un duro.

Y no sin grandes dificultades,

conseguimos darnos a la fuga.

Yo pensé (de vez en cuando pienso): No vuelvo.

Pero al día siguiente:

El amigo Julio me dice,

tranquilamente:

Vamos al Arlequín a tomar un café.

Y digo yo: Ande?

Y me dice: Al Arlequín.

Digo: No puede ser.

No pasa na: Ayer volví y lo arreglé todo.

Y yo digo: Ok.

Ya en el Arlequín, digo: Bueno, vámonos!

Vamos a pagar.

Y me dice: Ya está todo arreglado.

Y cuando estamos fuera me dice el fenómeno:

Tu has pagado hoy los cafés?.

Digo: Nooo.

Y dice: Pues yo ayer tampoco...

En fin, que Juliete se manejaba como el sargento de “la Cabaña” que era, y recuerdo mil historias en las que su personalidad y determinación nos hicieron pasar grandes momentos en los que nuestra amistad se afianzaba más y más día a día. Solo cuando no respondíamos a sus altas espectativas nos soltaba una de sus frases como la que afirmaba: “Quien con críos se acuesta, meado se levanta”.

Una “Semana Santa” en las fiestas del “Bando de la huerta” en Murcia, fuimos con la cuadrilla de Juan, todos vestidos de huertanos. (A mi me vistieron entre todos con una prenda de cada). Y Julio

llevaba el traje huertano de Guardamar con dos limones bordados a la espalda, negro en lugar de blanco como todo el mundo.

Cada dos por tres le preguntaban: De dónde es ese traje?... Y Julio contestaba todo serio: -De San Sebastian....

Gracias Julio por tu amistad. Un fuerte abrazo.

domingo, 25 de enero de 2015

La inigualable guitarra eléctrica de Paquito Rueda. Juanillo Pérez




Nuestra querida “Cabaña” no se entendería sin su alma espiritual, que no es ni más ni menos que nuestro querido Paco.

En la Cabaña teníamos nuestra propia banda sonora, que no era otra que la guitarra eléctrica de Paco. Solía enchufarla a su amplificador y empezaba el concierto.

Yo flipaba cuando veía a Paco tocar, porque lo hacía muy bien, y me encantaba las poses de estrella del Rock con las que deleitaba a sus fans ( que eramos nosotros por supuesto).

La mejor canción que solía cantar a petición entusiasta nuestra era el “bandoler”, de “Lluis Llac”.- Sin palabras. Los pelos como escarpias. Nunca antes había visto tan de cerca una guitarra eléctrica enchufada a un amplificador, y me hacía mucha ilusión cuando Paco me la dejaba y oía el sonido de aquel instrumento , yo sin tener ni idea de saberla tocar, y Paco se reía y me daba ánimos para que aprendiera, pero no sabía lo cazurro que yo era para aprender, jajaja!.

Paco tenía y tiene alma de músico .

Siempre estaba buscando otros músicos para formar un grupillo de Rock.

La habitación de Paco era una caña. Tenía una mesita de estudio ( que, por cierto, yo nunca le vi estudiando en ella), pero lo mejor de la mesa era el banderín del Atlético de Madrid y una foto de Don Jesús. Gil, junto a otras dos de Mijail Gorvachov y George Bush.

Por supuesto tampoco faltaba un posted de una “piba” en bolas y la cama siempre deshecha. (Y una mosca congelada pegada a la pared junto al interruptor de la luz).

Los fines de semana solían quedarse en la cabaña Oscar y Paco, ya que yo me iba a “Las Torres” , Julio a su “Guardamar” y Carlos a “Alicante”. Al volver el domingo por la noche a la Cabaña ,siempre tenían alguna historieta que contar, o bien Oscar o Paco, lo que provocaba las lógicas carcajadas, que ésas sí eran las auténticas bandas sonoras de nuestra casa.

Otro capítulo a destacar era el “Pacmóvil”. Joer aquello si molaba. Un chrisler blanco ,supercómodo, con una matrícula de Arizona sobre la verdadera . Que por cierto nuestra querida amiga “María Dolores” o “Trucados” para nosotros,- por una camiseta que solía llevar-, le preguntaba a Paco si era verdad que era de allí. A lo que Paco contestaba:- "por

supuesto María Dolores, me lo han traído en barco". Y ella con los ojos abiertos como platos , y muy interesada, seguía informándose del tema. En fin que vuele vuestra imaginación.....

Otra de las maravillas de nuestro Paco es el arte de contar las cosas. Yo personalmente he oído contar a Paco la misma historieta mil veces y troncharme de risa las mismas mil. Y eso ni mucho menos es fácil. Hay que tener un arte especial como él lo tiene. -“El que vale vale!”.

Con Paco la palabra aburrimiento no existe. En fin, Paco, no todo el mundo puede presumir de haber compartido techo contigo y de tener la inmensa fortuna de tenerte como AMIGO . Lo anteriormente dicho, más que una aventura parece un homenaje a Paco de sus amigos...... Pues que así sea.

Gracias tío. Y como dices que soy besucón, y razón no te falta, ahí te mando un besazo

Un peligroso partido de fútbol. Carlitos Sierra



Jugaba el Real Madrid un importante partido retransmitido por tv, y mis amigos se fueron a verlo a un bar. Cuando regresaron, resulta que un aficionado adinerado los había invitado a Wisky, y como no tenían mucha costumbre de beberlo, se les subió a la cabeza, con lo que esa noche se convirtió en una de las más peligrosas para la Cabaña...Recuerdo a Agustín con un martillo diciendo que iba a arreglar “no sé que”, golpeando los marcos de la puerta del pasillo...En fin, corramos un tupido velo, y veamos el desenlace de la situación, en que nos reímos como nunca.

Aproveché su estado, y les convencí que debíamos ir al “Doñaku” (un pub que a unos 300m de nuestra casa a la entrada de la pedanía de Molins, no cerraba hasta que se marchaba su último cliente). No quedaba pan en la Cabaña, y teníamos un solo plato de espaguetis con tomate que habían sobrado de mediodía, así que como os decía, los convencí de ir al “Doñaku” donde hacían sandwiches, y seguro nos darían pan de molde para hacernos unos de espaguetis. Ya nos habíamos puesto los pijamas, pero eso no resultó ningún problema. De camino al pub, nuestros gritos de victoria por el partido (en Molins son del Barcelona), me hizo temer por nuestras vidas, y me enfadé volviendo a la Cabaña. Con ellos iba Caponata. A su regreso, todos venían tronchados de risa, menos Paquito, que con Caponata en brazos

venía compungido, ya que nuestra gallina le había cagado justo sobre sus partes masculinas, dejando un reguero húmedo y blanquecino que a la vista de todo el bar resultó de lo más cómico, para todos menos para el bueno de Paco, claro está.

Especialidades culinarias. Carlitos Sierra






Destacan en el limitado elenco culinario de la cabaña los arroces de la abuela de Paquito, los morcocones que traía Juanillo de su pueblo, así como las cerezas y aceite del de Oscar, y las tortillas de patata de Carlitos.




Un día fuimos al cine de la caja de ahorros tras un duro día de clases en que apenas habíamos comido un bocadillo a medio día... Al salir del cine nos encontramos con unas amigas de Paquito de alta alcurnia. (Una era Marquesa de “no sé que”). Estábamos siempre diciendo a Paquito que tenía que presentárnoslas, y ese día llegó la gran ocasión. Pero el hambre nos hizo saludarlas amablemente, eso sí, y despedirnos dejándolas con la palabra en la boca. Eran ya sobre las once de la noche, y desde el mediodía no habíamos probado bocado. Cuando llegamos a la Cabaña, batimos el record mundial de cocinar una tortilla de patatas de 12 huevos. Mientras yo partía los huevos con una mano y los batía, el aceite ya estaba caliente, y las patatas peladas, y en tan solo 10 minutos la gran tortilla estaba lista. Y si ya de costumbre mis amigos se escandalizaban cuando le daba la vuelta a la tortilla lanzándola al aire directamente desde la sartén, ese día sufrieron mucho más con el recelo de que ésta pudiera acabar por tierra.

sábado, 24 de enero de 2015

Viaje a Ricote. Juanillo Pérez





Queridos amigos, una vez mas estábamos en la cabaña cavilando a ver que podíamos hacer ( que no fuera estudiar por supuesto). Según fuentes de mi amigo Carlos, que tiene una memoria prodigiosa, en esta aventura participamos: él , Oscar y un servidor. Bueno, resulta que estando en la cabaña , teníamos ganas de marcha, y se nos ocurrió que una excursioncita nos vendría de perlas, y decidimos irnos a Sierra Espuña a pasar un par de días. Cogimos las mantas de nuestras camas, y algo de comer y partimos.

Al final, ya en camino para Espuña, vimos que se nos hizo un pelín tarde y la noche se nos echaba encima y decidimos cambiar de destino por la sierra de Ricote que estaba mas cerca.

Pero, lo que nos terminó de convencer, fue que el pueblo estaba en fiestas. Ricote es el pueblo de murcia que antes celebra sus fiestas en el año. Su patrón es San Sebastián, 20 de enero.

Y allí llegamos los tres con la noche ya cerrada y un fresquito de aupa. Lo primero que vimos fue donde pasaríamos la noche. Preguntamos por el forestal y nos indicaron donde vivía. Fuimos a verle y muy amablemente nos indicó donde estaba el refugio en la sierra, en el que podríamos pasar la noche. Solucionado el tema del alojamiento decidimos disfrutar de las primeras fiestas murcianas. El pueblo de Ricote es un pueblecillo que da nombre al famoso entorno llamado "el valle de Ricote". Es un pueblo pequeño y acogedor donde lógicamente todos los vecinos se conocen y son como una gran familia. Las fiestas consistían en adornos de calles , caballitos y puestos infantiles para los mas peques, y toros y procesión del santo patrón por las estrechas calles del pueblo, en fin, lo típico, lo que se ha venido haciendo desde tiempos inmemorables. Poco había cambiado en las fiestas tras el paso de los años, y quizás ni falta que hace.

Unas de las señas de identidad del pueblo de Ricote es su vino, y nosotros eso lo sabíamos y no estábamos dispuestos a pasarlo por alto. Así que nos metimos a un bareto a combatir la fría noche con una buena jarrita de vino y tres vasitos para los mosqueteros cabañeros. Fue una jarrita o dos, o tres......., o quizás cuatro. En fin a partir de la tercera ya vas perdiendo la cuenta. Había música y ambiente en la noche ricoteña y no quedamos en nada defraudados de sus fiestas, con fuegos artificiales incluidos. Después de una larga velada en la que no faltaron multiples partidas de futbolín con la chavalería, llegó la hora de retirarnos a nuestros aposentos, es decir el refugio. Nos costó bastante encontrarlo, ya que estaba algo escondido, subimos hacia él andando en medio de la noche cerrada entre limoneros y pinos, y el vino tampoco ayudaba.

Al fin, después de algunas vueltas, dimos con él . Encendimos una pequeña hoguera para calentarnos en la pequeña chimenea de que disponía en una esquina, pero no fue esa noche nuestra mejor hoguera, se nos apagó enseguida. Nos enrollamos en nuestras mantas y decidimos descansar, después de disfrutar un poco de una bonita velada en el fuego y de las vistas del valle con el pueblo a nuestros pies todo iluminado. Quiero decir que esa noche fue de las mas frías que hemos pasado en nuestra vida ( por lo menos por mi parte). !!!!Madre mía que frío!!!!! El efecto calorífico del vino ya se nos había pasado y ver salir el sol en aquella sierra fue como una bendición para nosotros. Ya de día lo peor ya había pasado. Un suculento desayuno ricoteño nos haría entrar otra vez en calor. Durante el día nos paseamos por la sierra disfrutando de la naturaleza. Nos perdimos por ella, aunque levemente.

De vuelta a Ricote, decidimos tomarnos el penúltimo chupito de su vinillo antes de regresar a Orihuela, con la nueva aventura vivida gracias a San Sebastián.

Viajes varios. Especialmente Albarracín. Carlitos Sierra




Si se relatan “de seguido” los viajes que en aquellos años 90 realizamos, parecerá que estábamos todas las semanas de viaje,y nada más lejos de la realidad (ojalá!). A veces digo que de lo que más me arrepiento en la vida es “de lo que no he hecho” precisamente arrepintiéndome de no haberlo hecho (claro está referido a aventurillas y no lógicamente de cosas desdeñables...).

De los viajes varios, destaca un 13 de febrero a Granada. Era martes y me disponía a celebrar mi cumpleaños yendo con mis compañeros a Alcoy, al parque natural de la Font Roja, y mis queridos amigos me indicaron con determinación:- “para ir de Orihuela a Alcoy, mejor vamos a Granada”. Y Después del café salimos hacia tan grandiosa ciudad arribando a la una de la mañana. Era martes, y esa noche nos detuvieron más de cinco veces. A la vuelta Oscar tuvo un accidente estrellando el Panda a 100 m de nuestra casa contra la esquina del corral de las vacas, ya que era de noche y la semana anterior un borracho había chocado contra el cartel de la curva derribándolo, y al no estar éste la peligrosísima curva aparecía de sorpresa.

Otros viajes memorables fueron a Riopar, donde alucinamos con el nacimiento del río Mundo y nos bañamos con chubasqueros puestos debajo de la gran cascada. O a las “fiestas de los caballos del vino y moros y cristianos” de Caravaca de la Cruz, donde desfilamos en sentido contrario a la entrada mora, y nos confundieron con gamberros del pueblo de al lado (Cehegín), nombrándonos personas NON GRATAS, y teniendo que entonar un VIVA CARAVACA!, para evitar el linchamiento.

Pero uno de los viajes que recuerdo con más cariño fue un mes de septiembre, que aunque aún no habían empezado las clases, nos juntamos varios amigos y amigas de la escuela llenando tres coches con Juan, Fini, Ana Sempere, Coqui, Lourdes de Monovar, Tintín de San Juan y un servidor, y nos fuimos a Salsadella en Castellón a ver a Oscar en su puesto de vigilancia forestal de San José, donde trabajaba en verano, compartiendo turnos con su compañero Pepe. (Años después yo trabajé durante doce temporadas en un puesto similar en la Sierra del Maigmó en Alicante).

Ya con Oscar en el equipo nos fuimos a subir “La Peñagolosa” (con 1800 m la sierra más alta de la Comunidad Valenciana), y pasando por Teruel a Albarracín y Cuenca.

Tras unas cuantas cervezas y zurra, que Tintín (creo se llamaba Juan también) se empeñó en invitarnos tras la cena de tapas, nos fuimos a dormir a la puerta de la Catedral, pero los municipales nos echaron y a las 5 a.m partimos hacia Albarracín muertos de sueño. A la media hora por carreteras terribles nos para a la caravana de tres coches la Guardia Civil con su cuatro latas característico, y el agente, tras enterarse de que nos dirigíamos a Cuenca, nos pregunta: ¿Cuantos cubatas se han tomado ustedes?, y nos aclara que íbamos por la carretera equivocada. Juan se troncha de risa mientras yo le explico al curioso policía que sólo habíamos tomado un par de cervezas en la cena, pero que ibamos muy cansados tras la ascensión del Peñagolosa. Finalmente acabamos durmiendo junto al nacimiento del Tajo, entre las provincias de Teruel y Cuenca, donde en una sencilla acequia se indica con un gran monumento de acero inoxidable dedicado al padre Tajo, que es el lado más al este del ibérico río.

En Albarracín jugando al beisbol con una gruesa tranca y piñas, Juanillo casi le saca un ojo a la buena de Lourdes, resultando sólo un moratón en el pómulo gracias a Dios. Y en Cuenca nos despedimos y Juan y yo fuimos a ver a mi tío Ramón al pueblo de mi Padre en Toledo (Corral de Almaguer). Aunque no recuerdo si antes dejé a Juan en la estación de autobuses para que llegara a Murcia a tiempo a trabajar en la discoteca “Titos”, que ejercía los sábados de camarero extra. Antes llamó para ver si podía acompañarle esa noche yo, pero le dijeron que no hacía falta nadie más. Y así finalizó uno de los viajes más largos realizados, en el que solo el contemplar la monumental ciudad de Albarracín fue una experiencia que sin duda mereció la pena. (Sin olvidar un baño de rigor en el nacimiento del río Cuervo, que éste sí resultó ser espectacularmente bello, y frío, por cierto).

viernes, 23 de enero de 2015

Como conocimos a Juliete. Paquito Ruedita




Cuando Agustín nos comentó que abandonaba la cabaña nos quedamos un poco apenados. ¿A quien metemos ahora con nosotros? Muchas veces no es fácil encontrar la persona adecuada y suelen haber problemas.
No preocuparos, dijo Carlitos. Yo conozco a un tío muy majete. Se llama Julio, es de Guardamar y era sargento en las COES. ¿Sargento de las COES? Cago en la mar Carlos, que nosotros somos muy indisciplinados, ya nos conoces.
Carlos nos indicó entonces que lo que nos hacia falta era una persona como él, responsable, estudioso, disciplinado y sobre todo con mucha, mucha sensatez.

La verdad es que no estábamos demasiado convencidos, pero Carlos la mayoría de las veces lleva razón, pensé.
El día en que Julio Rodríguez se unía a nosotros, llegábamos a la cabaña Juanillo y yo montados en mi Chrisler 180 que solía aparcar a la orilla de la vereda que conducía a la cabaña, que era el nombre de la casa donde vivíamos.
Era un día ventoso, y después de aparcar, nos dirigíamos hacia la casa cuando Juan y yo nos quedamos un poco estupefactos ante la surrealista imagen de un tío dando botes en el tejado del edificio al son del sonido del aire, agarrado a la chapa y mirándonos fijamente sin decir nada.
Juan. ¿Estoy borracho o hay un tío encima del tejado dando botes?¿Estas tu viendo lo mismo que yo?
Efectivamente cuando entramos a la casa, Julio bajó del tejado y se presentó como el amigo de Carlos que iba a vivir con nosotros.
¿Este es el chico responsable que nos va a meter en vereda? le pregunté a Juan.
Pues a mi me ha caído muy bien, me dijo. Le veo alma cabañera.

La cabaña era un cáos. Todo estaba sucio y desordenado. La verdad es que nadie se preocupó nunca por este asunto, pero al día siguiente, cuando nos levantamos, Julio estaba barriendo la casa y había limpiado y ordenado toda la cocina. !Que bueno¡ ...pensamos. Ya tenemos alguien que limpie aquí un poco, pero no iban por ahí los tiros. Julio nos indicó que lo que teníamos que hacer era un cuadro con las tareas diarias de cada uno. Osea que uno limpiaba por la mañana, otro hacia la comida, otro limpiaba los platos, otro limpiaba por la tarde, etc etc....

A los dos días surgieron los conflictos. Julio se levantaba muy temprano y se iba a la escuela, pero nosotros teníamos los despertadores sonando desde las ocho hasta las dos de la tarde, hora en la que alguno de nosotros se levantaba y con buen criterio apagaba todos los aparatos de la casa.

Uno decía que el no hacia la comida porque otro no había fregado. El que no había fregado decía que el otro no había barrido y el que no había barrido decía que pa qué, que al día siguiente iba a estar igual porque eramos unos guarros.

Así estábamos cuando apareció nuestro querido sargento por la puerta y nos dijo....¿Que pasa aquí?
Entonces creo que Juan le dijo de forma muy correcta y pausada...
Mire usted mi sargento: Nosotros no tenemos problemas con lo de la limpieza, pero siempre nos hemos llevado muy bien, Esto de los turnos de trabajo es un follón y no vamos a romper nuestra bonita amistad por cosas de estas de la limpieza.

Julio, demostrando, ahora sí, que Carlitos no mentía y que era una persona sensata y razonable, dijo....
Equilimendi, no pasa na. Vamos a convidarnos y olvidemos esto del cuadro de faenas. Yo soy un firme defensor de la libertad y a partir de ahora cada uno que haga lo que le salga del pepino.
El que necesite un plato que se lo friegue y el que necesite una sartén lo mismo.
Ea, vámonos pal bar.

Así fue como Julio se integró perfectamente con el resto de compañeros y como a partir de ese día fuimos unos compañeros felices que comimos perdices.

No es broma lo que digo, nuestra amistad llega mas allá y somos como una familia que nos vemos, nos queremos y nos damos besos. Sobre todo Juan que es muy besucón.
Viva la Cabaña.


jueves, 22 de enero de 2015

Los cupones de Viki. Juanillo Pérez






Contare una historia que termino obsesionándonos a todos por culpa de nuestro querido Vicky

Resulta que después de vivir en la casa de la montaña nos mudamos a Orihuela a un piso en la avd. Duque de tamames y eramos conocidos por tener en el balcón una bonita bandera de pirata.

A nuestro vicky( amante de las colecciones)no se le ocurrió otra cosa que rejuntar cupones caducados y con celo ir empapelando el comedor del piso ( que por cierto era bastante grande )

Al principio todos los demás no le hacíamos caso a tan curiosa afición coleccionable.

Con el paso del tiempo veíamos que vikcy ya llevaba un cacho de pared forrada.

Aquello nos empujo a ayudarle y le buscábamos cupones para dárselos.

Al cabo del tiempo el comedor parecía la sede de la once.

Ya íbamos como locos buscando cupones por todos lados , por los bares, calle, algunos kioscos de la once nos los guardaban . En fin la fiebre del cupón nos invadió . El Vicky nos había contagiado y terminamos empapelando todo el comedor y parte del pasillo.

También recuerdo en el piso a nuestro querido amigo Hilario y sus riquísimas cerezas que nos traía de su pueblo ( planes de la baronía)

En el piso tenia una hamaca de esas que se ponen de árbol a árbol para balancearse y recuerdo a julio que quiso darse un pequeño paseíto y no controló bien y subiéndose por un lado se cayó por el lado opuesto provocando el cachondeito propio de la situación.

A nuestro querido julio le encantaba ir por las tardes a la biblioteca, y nosotros llegamos a pensar que le gustaba la bibliotecaria pero no. Es que nuestro julio siempre ha sido una persona muy ilustrada y sabia. Si señor.

Para terminar quiero contar una apuesta con Isidoro para dejar de fumar y el que perdiera debía de pagar una suculenta cena a todos los integrantes del piso. Ni que decir, que terminamos fumando a escondidas uno de otro y al final ni cena ni na nos fuimos juntos fumando a convidarnos al bar. En fin cosas que pasan

lunes, 19 de enero de 2015

Carnavales. Juanillo Pérez



Si hay algún sinónimo a cabañeros eso es fiesta. Y eso era en lo que convertíamos todas nuestras cosas.

Un año por carnavales nos decidimos vivirlos en primera persona con la familia mas carnavalera de toda águilas. La familia del vicky. Que nos abrió su casa de par en par y allí estuvimos varios días hospedados de mil maravillas.

Recuerdo con muchísimo cariño al señor Pedro (papa del vicky) con sus conversaciones llenas sabiduría y esa afición al equipo de sus amores, el real Madrid.

Mención también especial a la señora Melchora que se desvivía por los suyos y es bondad hecha persona.

Bueno después del reconocimiento merecido a los padres del vicky, su casa respiraba carnaval por los cuatro costados y nosotros terminamos contagiados de la magia del carnaval aguileño

. La casa del vicky durante los días del carnaval se convertía en epicentro de la Peña matalentiscos'boys y era un no parar en todo el día de gente para dentro y para fuera.

Recuerdo en la cocina un gran barreño de cuerva y siempre a la gente con un vasico de esa pócima mágica aguileña.

El vicky siempre ha sido muy aficionado a los coleccionables y en su habitación tenia buena muestra de ello. Tenia colección de llaveros, maquetas, chapas y no recuerdo si tenia alguna mas. En Orihuela le dio al fenómeno del vicky coleccionar cupones de la once, y empapelo todo el comedor y pasillo de arriba a abajo.

Bueno volviendo a águilas y su carnaval, nos metimos de lleno en el y ese año salimos en el desfile del martes de carnaval. Íbamos de pescadores tirando con unas cuerdas a un gran barco. Nos lo pasamos de miedo y comprobamos en primera persona lo grandes que son esos carnavales.

Examen de zootecnia. Juanillo Pérez


Queridos amigos, contare la historia de un examen muy gracioso de zootecnia que nos ocurrió a mi amigo Paco y a mi
Nos pegamos una jartá de estudiar del copón de formulas de alimentación de ganado y toda la teoría, que era bastante tostón
Recuerdo las tardes en el Samoa tomando café con los apuntes y sin parar de estudiar
Llega el día del examen. El profesor nos mira a todos que estábamos ya sentados y volviéndose coge la tiza y escribe cinco preguntas en la pizarra. Deja la tiza y sacudiéndose las manos vemos que sale de clase, cierra la puerta y lo vemos por la ventana cruzar la plaza y meterse en la cantina.
Nos dio rabia porque nos sabíamos las respuestas después de la pija de estudiar.
Los demás copiándose como locos.
Al cabo de un buen rato vuelve el profesor nos recoge los exámenes. A todos nos había salido perfecto.
Al cabo de unos días salieron las notas con la sorpresa que todos habíamos sacado un cinco.
Bueno al fin y al cabo aprobamos.
Las migas de Carlos. Paquito Ruedita


Las puertas de la cabaña siempre estuvieron abiertas a todo aquél que quisiera visitarnos. El primer día que pernoctamos en la casa, jugando al fútbol en el salón, la puerta de la calle se rompió y ya siempre estuvo rota y abierta a cualquiera que quisiera entrar.
Un día llega Carlos a la cabaña y nos dice....hoy hago yo la comida. Alguien le había enseñado a hacer migas.
Con toda su buena voluntad, carlitos se puso su delantal de cocinero y la emprendió con la harina, la sal y el agua. ¿He dicho agua? Perdón quise decir vino. Carlos siempre ha sido un innovador en el arte de la cocina. Desde que casi gana su primera estrella Michelín con su hervido de ajos, no ha parado de experimentar con nuevos ingredientes y nuevos sabores.
Tras pasar mas de tres horas dándole a la rasera, todos pudimos constatar que no comeríamos migas ese día y que tendríamos que hacernos unos bocatas o lo que fuera.
Las migas en cuestión se quedaron en un emplasto de color marrón muy parecidas a un excremento recién salido del aparato digestivo.
Cuando ya Carlos, con buen criterio, se disponía a tirar la migas de vino a la basura, se nos ocurrió que podría ser divertido hacer un zurullo con la masa y ponerlo de elemento decorativo encima de la mesa.
Así estuvo decorada nuestra mesa durante meses. El complemento a la decoración meseril, eran unos rollos de papel higiénico que siempre teníamos puesto encima del tablero y que robábamos de los bares para usarlos como servilletas. La crisis de los estudiantes, mas de uno me comprenderá. Siempre sin un duro.
Una noche estábamos cenando y de repente, la puerta se abre y entra un amigo mio muy pijo de Orihuela, que había tenido un problema con el coche. El problema es que a falta de habitación se había adentrado en un huerto con una paisana para hace esas cosas que se hacen cuando uno es joven y utiliza el coche a modo de moublé. El huerto estaba lleno de barro y no podía salir.
Tendríais que haber visto la cara del chaval cuando nos vio cenando con la mierda encima de la mesa y el papel higiénico limpiando nuestras bocas.
Finalmente un poco aturdido por el extraño espectáculo, nos pidió ayuda para poder solucionar su problemilla.....


LA TUNA, LAS BORREGADAS, LAS FIESTAS DE SAN ISIDRO Y EL PAPA FRANCISCO EN MANILA. Carlitos Sierra





  Me dispongo a resumir cuatro destacados capítulos en uno, y voy a empezar por una noticia que anoche me emocionó al verla en el telediario. El Papa Francisco en Manila, en una misa ante varios millones de fieles, y una niña de unos 12 años leyendo sobre la incomprensión de que Dios permita el abuso sexual y la miseria de miles de niños en su ciudad, situación que ella misma había sufrido recientemente. Al final le abraza, y el periodista afirma que tras la lectura su santidad afirmaba que tampoco lo entiende...
 Seguro que a continuación Francisco aclaraba su postura al estilo del cuento de otro Jesuita, “Toni de Melo”, que relata la reflexión de un hombre ante la visión de una niña desvalida que reclama indignado a Dios: “Por qué no haces nada”, y Dios le contesta con cariño: “Si he hecho algo....Te he hecho a ti...”.

 Hace más de 20 años, en nuestra escuela de Orihuela celebrábamos dos grandes fiestas, a parte de las particulares de “la Cabaña”. La “Borregadas”  a principio de curso, y “las fiestas de San Isidro Labrador” (nuestro ilustre patrón) en mayo.

 Como en todas las Universidades, siempre había quejas de abusos en la bienvenida de curso que los alumnos veteranos ofrecen a los nuevos, pero el balance suele ser positivo, y en escuelas como la nuestra, aislados en medio de la huerta, esto era importante.

 La delegación de alumnos con su presidente “Santiago Mira” a la cabeza, refrendaba esta bienvenida y vigilaba su buen desarrollo, y con  Santi el asunto estaba en buenas manos.  Ambos teníamos en común (como mi amigo Juan), ser antiguos alumnos de los Salesianos de Alicante. Santi me animó a hacer una revista en la escuela, “Granja 420” (420 alumnos de la escuela ese año), y recordaba como yo, con mucha fuerza, el cuento del “Hombre de  las Manos Atadas”...

  Resulta que a un adolescente de unos 15 años se le matan los padres en un accidente, y hereda todos sus bienes, con lo que decide vivir de rentas y no salir de casa, atándose las manos para no hacer nada malo en su vida...Sus amigos lo visitaban y le contaban todo lo malo que había en el mundo, y él se alegraba de su opción de vida (pero olvidaban contarle lo bueno). Finalmente, cuando ya viejo se arrepiente, se desata , pero ya es demasiado tarde...sus manos han quedado atrofiadas.

  En las Borregadas fumigábamos con cerveza contra las “malas pulgas”a los nuevos alumnos, y llevábamos a estos “ borregos” al corral de la pedanía, donde les devolvíamos el zapato que se les quitaba para evitar fugas, y se les rociaba de harina y huevos mientras se amontonaban sobre los mismos para recuperar cada uno el suyo. También se les invitaba a almorzar y a un bonito espectáculo donde recuerdo juegos y risas con mucho cariño.

 Santi era borrego eterno, pero no de los normales, sino de la “Tuna”, y su única salvación era que “otro” lo sustituyera. Así que venía todos los jueves por la tarde a “la Cabaña” a por mí para que lo acompañase a los ensayos a Murcia. Una ocasión fuimos con él Paco Rueda con su bajo y yo con mi violín, y recuerdo que tras el ensayo Paco me dijo: “ Carlos, a mi me van a putear, pero me defiendo con la guitarra, pero tú con tu violín....a ti te matan”...

 Finalmente me suspendieron el “Cálculo infinitesimal” y lo de la Tuna no pudo ser.

 En una Ginkana que organizamos en unas fiestas de  “San Isidro”, con el “Coche Sierra” cubierto de ramas de limonero y los demás participantes, unos 20 coches, también disfrazados siguiéndome, ganó el equipo de la Tuna. No fue tongo, aunque lo parecía ya que se unieron a otros equipos que se retiraban y les regalaban sus hormigas, patatas gigantes, firmas de oriolanos recogidas en la glorieta (una abuela se negaba a firmar diciendo: y eso para que es....-abuela! Para que le den más dinero a los jubilados!...y firmó con entusiasmo....”trae para acá que por eso sí que firmo...”.


 En la fiesta final en una discoteca, uno de los veteranos de la tuna me enseñó un emblema en su capa de haber ganado un encuentro musical en “Santiago de Compostela”. Yo y Juan le dijimos que nosotros de Santiago nos trajimos la “Compostelana” ganada en el año 86, por haber llegado desde 300 Km andando. El tuno se arrodilló ante nosotros y nos dijo que eso si era valioso....y es que por entonces el “Camino de Santiago” no era tan conocido... 

miércoles, 14 de enero de 2015


Viaje a Donosti.  Juanillo Pérez



Aquellos celebres viajes a tierras mañas solo bastarían para escribir un libro pues han sido infinidad de aventuras y anécdotas que allí se produjeron.
Quiero centrarme en el año que nos fuimos a San Sebastián. Llegado el mes de febrero ya nos corría un cosquilleo por todo el cuerpo .!!!!! NOS VAMOS A LA FIMA!!!!!
El viaje era gratis pero la estancia corría por cuenta nuestra.
Como los "cuatro duros" que teníamos los queríamos para alcohol y fiesta nos solíamos hospedar en el sitio mas barato, y ese sitio era el camping Casablanca de la capital maña.
Una vez instalado nuestro cuartel general lo ultimo en lo que pensábamos era en visitar la feria agrícola
Nuestra prioridad era conocer mundo
Un año fuimos a Pamplona
Otro fue a San Sebastián y hay me quiero centrar. Fuimos a la estación de las delicias y cogimos tren rumbo a donosti.
Julio , Carlos ,Vicky, Coqui y juanillo( espero no dejarme ningún aventurero) nos buscamos una pensión en la plaza san Martín y los dos días en donosti disfrutamos como enanos
La playa de la concha ,la desembocadura del Urumea, el monte Igueldo , el casco viejo , el barrio pescador........ y sobre todo sus tapeos y vinos de la tierra.
Ciudad guapa donde las hayan aunque un poquito cara.
Nosotros quedamos encantados de la ciudad y la ciudad queda también quedo encantada de la visita de tan ilustres viajeros.
Después de llenar nuestra alma de buenísimas sensaciones nuestro estomago de buenísimas tapas de la tierra y nuestro galillo del mejor vino de tonel donostiarro, nos volvimos a Zaragoza en tren, con la vista clavada en esa maravillosa ciudad alejándose en el horizonte y con la sensación de haber vivido una de las excursiones mas chulas jamas vividas
Y una vez en Zaragoza que continúe la fiesta.......

"Una postal". Paquito Ruedita



Ni Facebook, ni Hotmail ni Gmail ni leches. Como el servicio de correos español de los años ochenta y noventa no ha habido nada comparable.
"No hay cojones". Este era la frase mágica que como un resorte hacía a más de uno levantarse de la silla y poner rumbo a cualquier sitio que se nos ocurriera.
De nuestra primera visita a la ciudad de Pamplona, podría contar multitud de anécdotas, todas ellas muy interesantes, pero en esta ocasión voy a centrarme solo en una de ellas.
Los años ochenta y principios de los noventa fueron años duros de terrorismo etarra en España. La verdad es que había cierto miedo a estas cosas y más en esas tierras navarras.
Hacía bastante frío del aire que baja de la sierra y nos metimos en un tugurio del que recuerdo que habían unas escaleras hacia abajo. Poca luz y mucho humo de los cigarros que entonces se fumaban en los bares.
Los paisanos del lugar tenían pinta de bastante brutos y alguno de ellos portaban la tradicional boina mientas bebían chiquitos.
Sentados en una mesa nos reíamos y poco a poco nos íbamos calentando con el vino tinto del lugar. Entre bromas con Julio por su condición de Sargento de la cabaña, nos dimos cuenta de que la gente nos miraba con cierta sospecha de que pudiéramos ser soldados de permiso, cosa que nos hizo bajar el peo y quedarnos de nuevo sobrios, tras gastarnos el dinero.

En estas estábamos, sintiendo peligrar nuestros huevos, cuando nos acordamos de nuestros amigos los calasporros. No tienen huevos, ¿donde estarán? decía Julio.....
Carlitos Sierra tuvo la genial idea de mandarles una postal en la que aparecía la plaza de toros de Pamplona. !CALASPORROS¡ !CABRONES¡ !NO TENEIS COJONES¡!CAGAOS¡, son algunas de las frases que aparecían en la cariñosa postal.
Los calasporros vivían por aquella época en un piso enfrente de la plaza de toros de Orihuela, donde regentaba un local de venta de patatas un señor al que la barriga le hacia asomar el ombligo al aire de la calle.
El problema fue cuando tuvimos que escribir la dirección para mandarla ya que no teníamos ni idea. Así que, sin más, se nos ocurrió poner en el lugar correspondiente para este menester.....
Estimado señor de patatas, sería usted tan amable de entregarle esta postal a los estudiantes que viven en frente de su tienda y que tienen colgada en el balcón una bandera pirata? Muchas gracias.
Señor vendedor de patatas. Plaza de toros de Orihuela. Orihuela 03300 (Alicante ). España.

Lo impresionante de toda esta historia es que la postal llegó a su destino incluso antes de que nosotros llegáramos a casa.

Toques obscenos en el centro de Orihuela.  Carlitos Sierra



  Llegué un lunes directo a la escuela (en ocasiones llegaba la noche del domingo para no madrugar tanto), y a eso de las once vi en el almuerzo a mis queridos amigos terminándose el barril de cerveza (las cañas eran generosas en nuestra cantina, y costaban 60 pesetas)...Yo esta vez no me uní a ellos ya que tenía examen de cultivos leñosos con el profesor Martínez Valero al día siguiente, y me fui a la biblioteca....

 Cuando a la una de la mañana, estudiando en nuestra casa, empezaba a preocuparme de que no venía nadie, llegaron varios compañeros apurados a por ropa para Oscar, que se había caído al río Segura, y los demás estaban retenidos en la comisaría de la policía nacional.

 Resulta que al cruzarse con una moza le rozaron con el dorso de la mano en el trasero. Ésta se quejó, y en lugar de irse se quedaron discutiendo con la madre que tenía una tienda cerca. La moza resultó tener 17 años (menor de edad) , y en el periódico al día siguiente se podía leer en sucesos:

 “Toques obscenos en el centro de Orihuela.” Los jóvenes JR Rodríguez de Guardamar, M. Hernández de Aguilas, O Ripoll de Castellón y J Perez de Las Torres de Cotillas fueron detenidos ayer por perpetrar una serie de toques obscenos a una menor en el centro de Orihuela. .....huyendo el joven de Castellón, que cayó al río Segura y fue salvado de morir ahogado por un agente.


  Tras leer la noticia fuimos a hablar con la señora que retiró escandalizada la denuncia al ver la exageración, y yo fui al escenario del casi ahogamiento a rescatar la chaqueta vaquera de Oscar que me contó desde el cuartelillo había escondido entre unas cañas con 40.000 pesetas en el bolsillo ( que traía para comprarse una batería de segunda mano), y que al ir a entrar a la comisaría y ver que registraban a los demás les dijo a los policías que él se tenía que ir ya que no tenía nada que ver en el asunto (en un principio solo detenían a los dos sospechosos del manotazo, y Oscar no era uno de ellos), pero  le siguieron increpándole, y él entró en el cauce embarrado del río escondiendo la chaqueta antes de resbalar en el barro y de ese “ser salvado de morir ahogado”, que en su afán sensacionalista el periodista reflejó en su crónica. Finalmente el periódico rectificó contando la verdad y todo quedó en anécdota.

lunes, 12 de enero de 2015

"Martínez Valero"  Paquito Ruedita


En mi dilatada experiencia estudiantil, mas que dilatada yo diría eterna....ahora para no ir mas lejos estoy otra vez en un aula estudiando inglés....se me va la bola, que estaba yo contando....ah si, como les decía, en mi dilatada experiencia estudiantil, he tenido la oportunidad de conocer cientos e incluso lo que a mi me parecen miles de profesores.
Unos fueron mejores, otros peores y otros......peculiares.
El profesor Martinez Valero, fue uno de estos últimos. Llegaba a clase y decía...."ayer estuve con mi gran amigo Mark Stward, de la universidad de Minessota y me dijo que los melocotones de la zona sur de California no son nada comparados con los Melocotones azules con rayas amarillas de mi amigo Stefan Srohen de la universidad de Masachuttes, estado de Iowa.

El hombre sabia mucho. Tanto que una vez lo echaron de cierta charla que impartió en Andalucía porque les dijo a los andaluces la verdad sobre la triste enfermedad de la tristeza. Tuvo que salir corriendo porque les dijo a esos señores del sur que todas sus cosechas se iban a ir al garete.
Esta historia la contó al menos veinticinco veces, que yo recuerde.

Con las clases prácticas que puedo yo contar. Son tantas y tantas las anécdotas que me quedo corto seguro.
Recuerdo estar esperándolo en la escuela y verlo venir con una naranja en la mano. Todos para el coche. Su velocidad media era de 20 km por hora, pero de repente, sobre todo cuando los caminos eran peores, surgía en el un espíritu de competición que me hacia poner el coche a 120 y derrapar en las curvas para poder seguirlo y no perderlo. Algunas veces era surrealista porque se metía por un camino perdido y al cabo de varias horas salíamos al mismo sitio. Otras veces parecía que jugábamos a ver quien despista a quien en la larga cola de diez o mas coches.

Recuerdo también un día de prácticas en el cual había llovido copiosamente. Hoy no hay prácticas...pensábamos ingenuamente.....Pero nuestro gozo en un pozo. Al cabo de un rato aparecía Don Rafael, con sus pantalones remangados y su limón en la mano. PANTALONES REMANGADOS que quería eso decir? que nos teníamos que remangar todos, los pantalones?
Efectivamente, eso quería decir.
Parece que fue ayer cuando se adentraba en esos huertos metiendo el pie en el barro hasta la rodilla. Nosotros lógicamente, cuando veíamos que nos manchábamos los zapatos, nos quedábamos en la orilla. Luego se perdía entre los arboles y se le oía gritar a lo lejos.....Punicusss granatussssss.
Joe, que cuelgue, pensaba yo........

Un día estábamos en un huerto y habían unos agricultores que se sumaron a la charla que nos daba nuestro querido profesor. Una charla que yo casi no entendía, llena de virus y de productos fitosanitaros...... y de fisiología vegetal.
Poco a poco se nos acerca un agricultor con cara de estar ya entrado en años de experiencia y nos dice a Juanillo y a mi.....¿Que dice ese?...no tiene puta idea de lo que esta diciendo. Esta enfermedad que tienen estos árboles es un bicho que ni San Pedro sabe lo que es. Hacerme caso si queréis aprender algo.

Otro día íbamos en cola por la autovía a 20 km por hora y saliendo de ella entramos en un camino a 150 km por hora. De repente, para el coche y todos paramos en la cuneta.
Me acuerdo que había un hombre con una azada en medio del huerto cavando y con rostro de cansado.
En un momento rodeamos al pobre hombre, con cara de alucinado, mas alucinado que si hubiera visto un extraterrestre, y el profesor le dice así, sin inmutarse.... Oiga usted, buen hombre...explíqueles a estos pardillos que se acaban de caer de el nido que es lo que está usted cultivando....
El hombre que nos miraba como diciendo...¿donde esta la cámara oculta? nos decía esto y aquello y todos nosotros tomando notas como locos en unas libretas que llevábamos en la mano.
Me hubiera gustado saber que le contó este señor a su señora a la hora de la cena, pero la cara que tenia era de "Cuando cuente esto no me va a creer nadie".





 "Como acabé estudiando en Orihuela".  Juanillo Pérez




Queridos amigos, os voy a contar como termine yo estudiando en la escuela de peritos agrícolas de orihuela. Resulta que viví en alicante durante los estudios de bachiller en el fabuloso colegio de los salesianos. Allí conocí a mi amigo del alma Carlos Sierra. El me ayudó mucho en mi adaptación en el cole, y poco a poco fuimos forjando unos lazos de amistad muy fuertes que a Dios gracias perdura hasta nuestros días y seguirá perdurando hasta el final de los tiempos. Fueron muchísimas cosas las que hicimos juntos hasta que físicamente nos separamos al irme a vivir a las Torres de Cotillas en Murcia, donde seguí los estudios de BUP y COU .  Al plantearme los estudios universitarios dudaba entre biológicas , ingeniería de montes o ingeniero agrícola. Con Carlos seguía en contacto frecuente y al decirle mis intenciones estudiantiles me animó a irme con él a Orihuela a su casa que había pillado con otros compañeros, que resulta que era la cabaña. Como yo estimaba , y lo sigo estimando, hasta la saciedad a mi amigo Carlos y la carrera me gustaba bastante me decidí irme con él a estudiar a Orihuela. Así que con el paso del tiempo me di cuenta que fue una decisión muy acertada y que debo darle las GRACIAS a Dios por hacer que Carlos se cruzara en mi camino.
Gracias amigo




"Las fiestas de la Cabaña" Carlitos Sierra


Después de los exámenes solíamos celebrar en la Cabaña un gran fiesta, que titulábamos “Las fiestas de la Cabaña” y poníamos carteles anunciándolas por la escuela y bares habituales, resaltando como hacen muchas discotecas que las chicas entran gratis y las acompañadas no entran (ellos), así como la dirección (junto al corral de las vacas....).
Hacíamos una gran sangría, (50 l con dos de coñac barato en un gran depósito que rezaba en letras rojas la palabra “PRIVA”), y los invitados traían vino de sus tierras, como el dulce joven de Jumilla que nuestros amigos (antiguos borregos ) del piso de los Ingenieros ( habían hecho ya la FP agrícola y en la puerta de su piso ofrecían estudios de ingeniería agrícola), trajeron para cumplir una apuesta que Juan perdió. Aquel vino dulce está abocado o embocado como dicen en Castilla, y se le añade alcohol extra hasta los18º, siendo lo normal en un vino tinto 13 º. Juan acabó su botella motivo de la apuesta, pero se tuvo que ir a dormir perdiéndose el resto del evento. Antes le dio tiempo a subirse a una mesa conmigo y ofrecer a nuestros invitados un memorable concierto, yo al violín y él a la armónica. La mesa se desmontó ante nuestros saltos en la canción de “Malboro”, la volvimos a montar y con menos ímpetu el concierto continuó.

Al finalizar aquella noche al despedir a nuestros amigos los Calasporros fue cuando les cantamos por primera vez aquel bonito himno que reza: “Calasporros, cabrones, tocarnos los cojones”....y todo volvió a ser paz y armonía en la huerta del Segura.....


"Cama con susto"  Paquito Ruedita



Cuando ya crees que lo has visto todo, te das cuenta de cuantas cosas te quedan por ver en la vida.
Esta frase se me vino a la mente una mañana en la casa de la sierra.
Yo ya no vivía en la Cabaña. Los Calasporros Cabañeros estaban alojados en la montaña. Mi abuela, la pobre estaba enferma y mi Madre vino de Ceuta a cuidarla, con lo cual me despertaba todas las mañanas sobre las ocho y media para acudir a mis clases.
Con el sueño de no haber dormido, me acercaba al hogar Cabañerocalasporril a usar la cama libre que siempre dejaba el bueno de Hilario. Un chico muy majo procedente de els paisos catalans.

No recuerdo exactamente quien me contó esta historia, pero para el caso no tiene importancia. Nada mas llegar me dicen; Jajajajaj Paco, ayer que susto se llevó Carlitos en su habitación.
¿Que paso? pregunte.

Pues resulta que Viki, que aunque tenga nombre nórdico, es sin embargo un negrito de la costa, llegó a la casa y se metió debajo de la cama de Carlitos y se quedó dormido. Cuando el señor Sierra llegó, dijo que estaba muy cansado y que se iba a dormir. Entró en la habitación sin sospechar que alguien podía estar debajo de la cama, como por otra parte es natural, y durmiendo tranquilamente, al cabo de una hora Viki saca la mano de debajo del catre y agarra la mano del pobre Carlos que pensando que alguien de mas allá de esta realidad se lo quería llevar con el a quien sabe donde, pega un salgo de la cama y con un grito demuestra la angustiosa sorpresa.

Las risa y carcajadas supongo que no se harían de esperar, pero pregunto yo........¿estas cosas eran normales entre chicos de nuestra edad? o quizás el tener que aguantar las clases de Joaquín Moreno, profesor de química, llevó a mas de uno al borde de la esquizofrenia?
En fin amigos, espero que comentéis y me saquéis de esta trascendental duda....

"La unión Calasporros Cabañeros"  Juanillo Pérez



Mis queridos amigos, quiero contaros de como esa unión entre calasporros y cabañeros ha terminado en leyenda. Los cabañeros como es de suponer, nacimos en la cabaña de Molins y formábamos, y lo seguimos haciendo, tras el paso de mas de veinticinco años ,un verdadero grupo humano cojonudo Por otra parte tenemos a los inigualables calasporros ( termino formado por la unión de las palabras calasparra y porros) a buen entendedor sobran las palabras. La rivalidad entre ambos equipos fue naciendo poco a poco al mismo tiempo que en afectividad, camaradería y cariño. El momento quizás donde esa relación se fue fortaleciendo ocurrió cuando los calasporros vivían frente a la plaza de toros y los cabañeros en su cabaña de Molins, (recuerdo cuando desde Pamplona les mandamos una postal con dirección “vendedor de patatas de la plaza de toros de Orihuela”, y le pedíamos al señor se la entregara, y se la entregó).
     El fútbol fue un elemento de rivalidad y unión cada vez mas fuerte con aquellos partidos en el polideportivo de Bigastro ,entre otros muchos sitios donde practicábamos este noble deporte. Los lazos de unión entre cabañeros y calasporros se fortalecían cada vez mas con salidas nocturnas y diurnas de juergas , visitas eternas a la cantina de la escuela, encuentros en los pisos , excursiones y en ocasiones en clase.
Nos propusimos un año, al comienzo del curso,  irnos todos a vivir juntos . Aquello iba a ser la bomba, y terminamos después de unas cuantas peripecias en una casa junto a la carretera nacional. Allí montamos nuestro cuartel general y aquello sí que fue una aventura . Decidimos hacer otro diseño del grupo y entonces surgieron los “polloscrudos”, “tortas fritas” y “cenas ligeras”.  Allí fueron un sin fin de experiencias maravillosas que vivimos muy intensamente . Pinceladas varias: arroces isidorianos, el mando pegao al sillón, el grupo de música con la batería de Oscar, excursiones a la sierra, el violín de Carlos , nieblas nocturnas en el monasterio, Triana,  Antonio Machín,  mal despertar de nuestro chama, Vicky y sus trampas vietnamitas, fiestas y mas fiestas en casa, la Cady de Juanillo y el Visa del Vicky( Visa=Vicky y sus amigos),  los Mamwi del Mateo, vocalista del grupo , en el bareto junto al la casa cuartel, el perro en la ventana pequeña de la escalera , las siestas mañaneras de paco , aquellas largas veladas nocturnas junto a la chimenea tratando temas trascendentales.............. En fin,  todo lo anteriormente contado forjo a fuego lento en nuestros corazones esa AMISTAD que tras el paso de los años persiste y persistirá para siempre. Gracias amigos. Y como ya os dije en mi discurso en cierto encuentro navideño en el Hotel Teodomiro de Orihuela, QUE CUANTO MAS NOS VEMOS, MAS NOS QUEREMOS!.   Así sea, “pijo”.

domingo, 11 de enero de 2015

Carlitos Sierra


En el primer encuentro navideño os convoqué vía telegrama terminando con un calascabtoccoj, título de este blog. La chica de correos me preguntó que significaba y con normalidad le contesté: "Calasporros cabrones tocarnos los cojones". La chica se puso colorada (eso le pasa por preguntar). 

Este blog es el borrador de una futura selección y mejora de estas historias que humildemente narramos sus protagonistas. Somos gentes sencillas que se dedican a la agricultura, (el noble arte de cultivar la tierra). Un fuerte abrazo: Carlitos Sierra

"Un incendio"  Juanillo Pérez



Ocurrió cuando nuestro amigo Oscar vino de su pueblo, que había estado en fiestas y trajo unos petardos bastante potentes. Todo empezó de noche cuando vemos aparecer a Oscar abriendo la puerta de la cocina ante nuestra sorpresa pues no le hablamos escuchado llegar con el coche y es que el fenómeno de Oscar para darnos un susto con un petardo decidió al entrar al carril apagar las luces del superpanda para que no le viéramos llegar. Pero para sorpresa de todos fue a parar a la acequia que discurre junto a la vereda.
Aquel acontecimiento provoco en todos toda una fiesta lógicamente después de ayudar al bueno de Oscar sacar el panda de la acequia ( menos mal que no pasaba agua).
Al día siguiente ,como traviesos que eramos, nos dedicamos a tirar petardos( que mas que petardos eran pequeñas bombas ) en la vereda. De repente salio un gato y Oscar fue a tirarle un petardo cayendo este en unas cañas secas que estaban apoyadas en la pared de una casa junto a la nuestra donde menos mal no estaba habitada. Las cañas en un momento empezaron a arder y aquello no había manera de apagarlo con cubos se agua pasaba por la acequia.
Con el coche de paco fuimos al bar de molins a avisar a los bomberos ante el estupor de los vecinos
Llegaron enseguida y controlaron rápidamente el fuego y nosotros juntos en la vereda con cara de angelitos como si no hubiésemos roto un plato en nuestra vida
Después se nos acerco un bombero para tomarnos un nombre que después se hiciera cargo del coste de todo y nosotros como buenos inquilinos dimos el nombre del dueño D.Jesus Cerezo
En fin se quemaron los cables de teléfonos que pasaban junto a la casa y la ventana de madera de la misma. Esos petardos malévolos se nos fueron de las manos.

sábado, 10 de enero de 2015

"Una salida en moto". Juanillo Pérez


La aventura que a continuación relato ocurrió un jueves y no tiene desperdicio. Estábamos en la cabaña el gran paco, julio y juanillo. Estos dos últimos no paraban de darle la tabarra al bueno de paco para ir a murcia de marcha ( como tantas veces hablamos hecho antes) pero paco esa noche no tenia mucha gana de juerga.
Entonces julio y juanillo no estaban dispuestos a que esa noche se les escapara sin ir de marcha. Bajaron al bajo de la casa, que aquello parecía un cajón de sorpresas , y cogiendo el vespino del Jesús, que estaba allá arrumbada, intentaron arrancarla sin éxito.
No rindiendose ambos filigranas se fueron andando a Orihuela con la vespino, al ver la primera moto en la calle le sacaron un poco de gasolina y cosa del destino al darle dos patadas arranco el vespino. Sin mas demora pusieron rumbo a murcia por toda la huerta. Toda una aventura. Llegando a murcia paramos en un semáforo en rojo y justo a nuestra altura paro un coche de municipales. Toda una película la escena, se nos quedaron mirando y lógicamente nos pararon después de un rato y tomarnos nuestros datos, milagrosamente nos dejaron marchar. La noche fue apoteosica ..... ....a las seis de la mañana ,después de disfrutar a tope la noche murciana,fuimos a recoger el vespino de donde lo hablamos dejado arrumbado y para sorpresa nuestra la dichosa moto no estaba. Nos la habían quitado.
Nos preguntamos quien coño querría una moto toda estartalada y tan penosa. Nos miramos julio y yo y respondimos : Los municipales. Alla que fuimos al cuartelillo de los municipales y efectivamente fueron ellos que pensaron que estaba abandonada y nos dijeron que para recuperarla debiamos pagar una multa y llevar la documentación de la misma. En fin nos volvimos a Orihuela en tren a media mañana sabiendo que la moto ya no saldría de allí porque esa moto ni tenia papeles ni nada , ya que Jesús se la gobernó no con muy buenas artes. Durante el viaje de regreso nos reiamos de que escusa le diriamos a la lola de la desaparición del vespino.

viernes, 9 de enero de 2015

"El Jesule". Paquito Ruedita



Una breve anécdota de como era la familia de la Lola.
El primer día que teníamos que pagar el alquiler, no pagamos. La Lola nos invitó a arroz con arcasiles y pillamos un peo de aupa.

Le preguntamos al niño, que por cierto no tenia mucha cara de espabilao....
Tu niño como te llamas? y así de corrido nos dice.....
Yo me llamo Jesus, pero todo el mundo me llama Jesules el de los huevos asules.
Para rematarlo, su madre dice gritando...
Este niño es tonto, !lo mandas a por naranjas y te trae limones¡


"Los Cupones". Paquito Ruedita



Juanillo Perez. Un señor de Murcia que estudiaba en Orihuelica del Señor. Tenia costumbres raras. Mucho. Una de ellas era que después de la comida solía salir por los bares de la ciudad a tomar café. No es esto nada raro podría pensar alguien, pero si os digo que solía hacerlo con la bata de estar por casa y las zapatillas de paño a cuadros, quizá ese alguien cambie de opinión.

No recuerdo bien el porqué, pero hubo una época en la que causaban furor entre los calasporros cabañeros los cupones de la ONCE ya pasados de fecha. El caso es que era algo no extraño que lleváramos alguno de ellos en los bolsillos.

El Cicuta es un bar de la transitada calle mayor de la ciudad orcelitana. en la puerta siempre hay una mesa y unas dos o tres sillas. Juanillo estaba sentado en una de ellas con su bata casera, sus zapatillas de invalido y una pinza en la solapa. Tranquilamente y supongo que por hacer la gracia, se coloca unos cuantos cupones en la pinza y bebiendo su café pasaba la siesta.

Creo que también llevaba puestas unas gafas negras, pero eso es un dato que alguien tendrá que confirmar.

Un señor que en esos momentos pasaba por el lugar, se acercó a Juanillo, que realmente parecía que había vendido cupones toda su vida y no había hecho otra cosa. ¿Tienes alguno que termine en 11?
Juan con toda tranquilidad mira sus cupones pasados y ve con satisfacción que efectivamente lleva dos cupones terminados en 11.
El señor le paga los dos euros y se aleja tan tranquilo.

Juanillo, que es mas bueno que un pan, enseguida se da cuenta de que si el señor es premiado y ve que los cupones son falsos, la guardia civil le va a dar la del pulpo. Corriendo tras el, logra alcanzarlo y para rematar la faena le dice al señor que le devuelve el dinero, que todo aquello es una broma de teleorihuela.
El señor en cuestión, dándole la razón pensando que igual es alguien peligroso, le ríe la broma, le da las gracias y huye hacia el puente viejo.
Bonita historia sobre la que espero vuestras objeciones y comentarios.

Las sierras de Orihuela. Carlitos Sierra


  Rodeando la fértil vega del río Segura a su paso por Orihuela destacan las sierras de “Hurchillo” al sur y “La Cruz de la Muela” al norte...


 La segunda más alta de unos 400 m la subíamos por los senderos que la ascienden en su umbría llena de pinadas y menos abrupta. Mis compañeros son unos forofos del fútbol, y cuando necesitaban a alguien para completar equipo, yo iba a cambio de que ellos me acompañaran a mí en tan bonita ascensión. En cierta ocasión, mi amigo Chema subió cargado de una silla que finalmente portamos por turnos, para sentarse en su cima. Chema trabajaba con su padre de pastor en Calasparra los fines de semana, y decía que ir al monte era ir a “pasturar”, con lo que si accedía con mi pequeño chantaje-intercambio lo hacía en un plan muy jocoso.... A Paco Rueda que lo engañé una sola vez, le hice una foto subido a la base de la gran cruz de ferralla que coronaba la cima, y cuando la reveló se enfadó notablemente porque solo salía su cara para que el encuadre abarcara todo el colosal monumento...

 A veces me iba de expedición sólo, y la siguiente historia ocurrió en la otra sierra que cito al principio,la que a unos cinco Km de Orihuela, junto a la pedanía de Hurchillo se alza apenas 200 m, rodeada por el gran canal del trasvase “Tajo- Segura”, que a sus espaldas desemboca en el gran pantano extrartificial, -un pantano sin río- de “La Pedrera”. Esa tarde estaba mi hermana Mercedes rodando en Barcelona con sus amigas Paloma y Mari Carmen una tercera participación en el concurso de Constantino Romero, “El Tiempo es Oro”.

   En la cima, meditando con las luces de Murcia en el horizonte se anocheció mas de lo recomendable, y al bajar dirección a Orihuela, cada vez que encontraba un camino con paso por el gran canal de agua, aparecían perros de los caseríos cercanos ladrando enfurecidamente.

  Cuando ya me disponía a pasar la noche encaramado a un algarrobo, lo intenté por última vez dirigiéndome dirección Torrevieja, llegándome a alejar de Orihuela otros tantos kilómetros, pero despejándose y allanándose el terreno a la vez que apareció una gran luna llena.
 

  Cuando divisé un gran caserío blanco y luces de coches pasando por una carretera cercana el temor de que aparecieran más perros se apoderó de mí con angustia, pero conforme me acercaba a las brillantes murallas de esa gran construcción que me asustaba descubrí que era un cementerio. Recé aliviado un “Padrenuestro” y regresé a Orihuela en un par de horas donde arribé a la una de la madrugada pensando que mis compañeros estarían preocupados.  Pero solo encontré paz y ronquidos, y un plato de sopa frío en la mesa de la cocina con un pedazo de pan reservado con mucho cariño para mí. Esa noche dormí mejor que nunca.



La gallina Caponata. Carlitos Sierra


  Como en las películas de Wald Disney, hay que aclarar que no se maltrataba a la gallina protagonista de esta historia. Al menos a Caponata, porque sus compañeras y algunos patos los mató uno de los dos perritos de la casa, Yaki o Palmi, ambos muy parecidos, aunque la perra mucho más espabilada. De hecho creo que el desastre avícola fue obra de Palmi, y como no se pudo atraparla casi lo paga Yaki, con una escenificación de ajusticiamiento que yo heroicamente impedí. El caso es que la gallina “sobrevividora” hizo justicia a los engranajes de la selección natural, y resultó excepcional en todo. Y lo del no maltrato lo prueba el que no se iba de los alrededores de la cabaña y en ocasiones de dentro. A veces dormía encima de un estrecho armario en el pasillo al que en prevención pusimos papeles de periódico y un cacharrito de agua. Como era una gran gallina negra parecía un águila disecada.

  Cuando íbamos al polideportivo de Bigastro a jugar al fútbol nos la llevábamos de mascota, y solo al principio de algún partido de broma la usábamos de balón, no chutándola, sino impidiéndole la huída hasta que conseguíamos que entrara en una de las porterías. Luego contábamos que habíamos jugado partidos  completos con Caponata de balón, y aunque resultaba cruel escucharlo la gente sabía que no haríamos nunca daño a nuestras mascotas, aunque la realidad supere muchas veces la ficción.(A parte de Caponata teníamos una coneja y un gran cerdo blanco-belga llamado Curry, con el cual jugábamos a rodeos, y mis compañeros le echaban los platos de hervido que con tanto cariño les preparaba cuando me tocaba cocinar a mí.

 Caponata estaba tan acostumbrada a los campos de fútbol que en un partido Murcia-Valencia retransmitido por tv, mis compañeros la echaron al campo. Yo creo que vi la retransmisión desde “La Cabaña” y creo recordar los largos minutos en que Caponata esquivó al personal hasta que finalmente entró en la portería para librarse de la gran persecución con tan cuantioso público y cámaras de tv, llenos de estupor y auténtica admiración y sorpresa.

Carlitos Sierra