viernes, 27 de febrero de 2015

Una chimenea a prueba de cabañeros. Paquito Ruedita

Yo creo que lo que nos salvó de morir de hipotermia fue la nunca bien valorada chimenea de la cabaña. El invierno en la huerta oriolana es frío y húmedo y con la puerta rota y el aire que entraba por debajo no hubiera sido extraño que mas de uno pillara una neumonitis o algo similar.
Gracias a Dios, este aprieta pero no ahoga y en nuestra estancia cabañera pudimos disponer de una magnifica chimenea hecha de puro hormigón robado de la construcción de los tubos del trasvase como así nos lo hizo saber el ínclito Jesús Cerezo.

La chimenea nos calentaba, nos entretenía y encendió en nuestros corazones el amor por el fuego. Nos incitó a robar leña y gracias a ella pudimos cenar en muchas ocasiones, ya que nunca, no se por que motivo, teníamos dinero suficiente para comprar butano.

Me puse como un cochino de comer cochino y otros embutidos en esa chimenea. Generalmente los lunes íbamos al Pavero a por embutido. Un embutido que debería durarnos toda la semana pero que no pasaba del martes o en el mejor de los casos miércoles.

Recuerdo unos gorrones que no se por que extraña casualidad solían visitarnos los lunes por la noche y ya de paso se comían unas cuantas salchichas, longanizas rojas, longanizas blancas, morcillas y blanco del que el viejo Pavero nos regalaba y que nos explicaba como lo hacia con sus propias manos. Manos negras que no por el color sino por la mierda acumulada por los años, no tenia nada que envidiar a sus famosas uñas que ya de mugrientas le daban el típico saborcillo al embutido que tanto gustaba a la gente.

Mi abuela me enseñó a preparar el alioli con la batidora de forma que al volcar el tarro esta no resbalara y estuviera suficientemente espesa. Mi alioli era muy solicitado y consumido con el pan y embutido y uno de los lunes en que nuestra habitual visita estaba en la cabaña me dispuse a prepararlo de forma que tuve que bajar al huerto a por limón.
Cuando regresé a la cocina, dentro del tarro había una gran araña de estas carnosas que parecía una tarántula.
Con frustración me dispuse a tirar los ingredientes cuando el amigo Agustín, con su extraño sentido del humor, le da a la maquina y la mayonesa quedó preparada.
Los cabañeros no comimos alioli esa noche, pero nuestros invitados disfrutaron como enanos con el suculento manjar untado en el pan. Que buena te ha salido, me decían....Echarle un poco de carnaza es el secreto......pensé.

La chimenea daba mucho juego....El estropeado o el Estropi, como lo llamaban otros, un día tiró un bote de aerosol dentro del fuego y tuvimos que salir todos corriendo del salón a la calle.

Supongo que todavía continuará en pie, calentando a otras personas aunque es posible que la chimenea hubiera sucumbido el día que estando muy aburridos no se nos ocurrió otra cosa que echar maderos dentro hasta que se llenó totalmente. Le prendimos lumbre como diría mi amigo Juan y esta empezó a arder y arder y arder...........................................y arder....................
Tuvimos que salir a la calle del calor que aquello generó. Al cabo de un par de horas, pudimos volver a entrar a la casa y como si de un alto horno se tratara, empezaron a caer trozos de cemento de la propia chimenea, medio derretidos por el calor.
Yo pensé que era efectivamente el fin de la chimenea y consecuentemente el fin de nuestra estancia en la cabaña, pero no. La magnifica y por esto destaco lo de magnifica chimenea, resistió.

lunes, 23 de febrero de 2015

Un partido inolvidable en la Romareda. Juanillo Pérez




Queridos amigos, a lo largo de estas ilustradas historias nuestras, son varias las veces que hemos hecho referencia, a nuestros viajes a Zaragoza. En esta ocasión, quiero resaltar un viaje que hicimos todos, los cabañeros y calasporros. Ya en el autobús íbamos calculando para que íbamos a destinar nuestras pobres reservas monetarias. Tenemos tanto para cervezas, otro tanto para whisky, otro tanto para papear, otro tanto para más cerveza. En fin que para visitas culturales, y esas cosas raras, no llega el presupuesto. Pero digo yo. Habrá algo más cultural, que darse un borneo por el barrio del tubo , tomando cañas por aquí y por allí. Pues eso es lo que hacíamos. Ahhh, sin olvidar nuestra tradicional visita a la Pilarica ,en la imponente basílica del Pilar ( ya que la entrada era gratis ). Por las noches, solíamos ir , entre otros, a un bareto, el cual para entrar había que bajar por unas escaleras ya que era un semisótano.

Allí, acudíamos todos los compañeros de viaje de la escuela y, como no, lo pasábamos en grande. Recuerdo a nuestros compañeros decirnos que no nos veían por la FIMA( feria internacional de maquinaria agrícola) , a lo que nosotros contestábamos que íbamos muy justos, que entre cervezas y cervezas no nos quedaba mucho tiempo para ir a la feria. Pero , para decir la verdad,siempre había una mañana que nos acercábamos a la FIMA , lo que pasa, es que no salíamos de las cantinas que por allí ponían. Bueno , recuerdo que dicho bareto estaba en la plaza de san Felipe. Y en el centro había una estatua ecuestre, a la cual, una noche coroné, desde el más puro espíritu cabañero. Una tarde, nos enteramos que en la Romareda, jugaban un partido amistoso, las selecciones olímpicas de España y Marruecos. Por aquel entonces, España llevaba un equipazo. Xavi, Quico , Guardiola, Alfonso, Solozabal, entre otros. A la postre, ese equipo en las olimpiadas de Barcelona se llevaría la medalla de oro.

Bueno, sin desviarnos del tema, salen ambos equipos al terreno de juego y se disponen a escuchar los himnos nacionales. Cual fue nuestra sorpresa, que al sonar el himno marroquí, vemos levantarse a nuestro Vicky y ponerse la mano en el pecho, con la mirada hacia el cielo, mas serio que la leche, como si la emoción le embargara por todo el cuerpo. Nosotros con cara de incredulidad y sorpresa, decidimos seguirle el juego y levantarnos Julio y un servidor y hacer compañía a nuestro Vicky copiándole el gesto. Claro, la situación era propicia y convincente, dado el color moreno zaino de nuestra pelleja. Deberíais de ver, con que cara nos miraban los aficionados de nuestro entorno. Aquello era para enmarcarlo. Se pensaban de verdad que eramos de Marruecos. No siendo esto bastante, decidimos seguir con la broma, y nos pasamos todo el partido animando a Marruecos e increpando al árbitro todo el partido, cada vez que pitaba algo en contra de Marruecos. La gente alucinaba en colores con nosotros. Al final nos dimos la mano con los aficionados cercanos y, riéndose, comprendieron al final, que todo había sido una broma. En ese mismo viaje ocurrió también un hecho remarcable. Resulta que no nos quedaba dinero para la última noche, y no se nos ocurrió otra cosa que desmontar las tiendas de campaña de nuestros compañeros en el camping de Casablanca ( lugar habitual de nuestra estancia en la capital maña ) y cobrar la fianza al dueño del camping y largarnos a Zaragoza a seguir la fiesta.

Bueno , para matarnos. .!!! Que cara se les pondría, a nuestros compañeros, cuando volvieran al camping y se encontraran sus tiendas desmontadas!!!!. Nosotros, por suerte, no estábamos ya allí para verlas. Después, nuestros queridos compañeros nos lo explicaron bien explicado. Por último contar, que ya de vuelta a Orihuela, siempre había una parada de descanso para visitar el “Monasterio de Piedra”, el cual , en todos los viajes que hicimos, nunca llegamos a entrar por no tener ni pa pipas. Mientras nuestros compañeros disfrutaban de la visita al monasterio, nosotros sentados, algo resacosos, tirábamos inocentemente piedras al río, conversando tranquilamente, con un sabor dulce en nuestras cabezas, de haber vivido otro viaje inolvidable a Zaragoza.

viernes, 20 de febrero de 2015

De como conocí a Carlitos Sierra. Paquito Ruedita




Un amigo me engañó. Vivía yo por aquel entonces en la bonita ciudad de Ceuta, cuando finalizado el COU, tenía que decidir que es lo que quería ser de mayor. Las vacaciones las pasábamos en Orihuela, ya que es la ciudad natal de mi madre y de mis abuelos maternos. Durante las vacaciones el dicho amigo me preguntó qué iba a estudiar en la universidad, y yo le dije que lo estaba pensando. Lo que a mí me gustaba era periodismo. Entonces mi amigo me dijo que me viniera a Orihuela, a la escuela de peritos agrícolas, que estaba muy bien. Yo le respondí que no me gustaba la agricultura y que no sabía nada sobre cultivar cosas. El me dijo entonces que me iba a presentar a unas tías muy buenas que estudiaban aquí y que eran amigas suyas.

Aquí fue donde vino el engaño, ya que tras esta escueta conversación fui corriendo a la escuela a presentar mi matrícula, y cuando llegó la hora de la verdad, solo me presentó a tres amigas muy tontas que no me hicieron ni puñetero caso. El caso es que el primer día de clase, yo estaba un poco acongotado como es natural. No teníamos un aula a nuestra disposición y a todos los de primero nos metieron provisionalmente en el salón de actos. Cuando llegué al salón, éste estaba abarrotado, lleno de pardillos como yo de todos los colores. Así, entró el profesor. Un tío alto no muy mayor, vestido con ropa de marca y cara de pijo. -“ME LLAMO JOAQUÍN MORENO y voy a ser vuestro profesor sufriente de química”.- Dijo para empezar. “Yo he luchado para que muchos de vosotros no estuvierais aquí hoy, pero no me hacen caso. Muchos de vosotros venís de la formación profesional y no tenéis ni idea de lo que es la universidad.” Después de recitarnos su extenso curriculum, nos informó de que la educación en España era una porquería y que llegábamos a la universidad sin tener ni idea de absolutamente nada y mucho menos de química. Toda la clase estábamos en absoluto silencio pensando en que ninguno de nosotros pasaríamos en la vida a segundo, cuando Don Joaquín nos dice...... Por ejemplo....¿alguno de ustedes podría decirme cual es la reacción de un hidrocarburo al combustionar? Nadie movía una pestaña cuando veo que en primera fila se levanta una mano..... -Dígame.....respondió Don Joaquín Entonces fue cuando vi por primera vez a Carlitos Sierra. Un chaval alto y delgado, con gafas y cara de ingenuo...... -”Un hidrocarburo, al unirse con el oxígeno da como resultado dióxido de carbono y agua.”- Carlos con una cara de satisfacción única y sin duda pensando....”Se la he clavado hasta el final...”,nos miró girando la cabeza y asintiendo con la señal del puño y el dedo hacia arriba. Yo pensé que efectivamente Carlitos le había dado bien dada al chulo de profesor que nos había tocado, y que éste había quedado en evidencia. Tras un largo minuto de silencio con la imperturbable faz de Don Joaquín dirigiéndose a nosotros, este espeta..... -“CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES MERA COINCIDENCIA”. Una carcajada general y el pobre de Carlos diciendo....oiga, que sí, que es como yo le digo....... En ese momento pensé: “Este tío tiene que ser amigo mio...”. (Y cuando comprobé que efectivamente, la reacción de los hidrocarburos era exactamente como había expuesto Carlitos, este sentimiento se afianzó en mí mucho más claramente).

Una gallina futbolera. Juanillo Pérez




Queridos amigos, aquí va una historia de lo mas surrealista.
Como ya sabéis, el fútbol ha sido una gran afición de los cabañeros.
Resulta que el real Murcia se estaba jugando una promoción con el real Zaragoza para subir a primera división. Y jugaba el partido de ida en el campo grana, es decir, la histórica Condomina de Murcia, actual feudo del equipo universitario de la UCAM.
Nosotros como buenos aficionados, no quisimos faltar esa cita tan importante para los pimentoneros.
Pero quisimos darle un tinte algo diferente a la visita a la vieja y entrañable Condomina.
Decidimos premiar, a una de las gallinas, y llevárnosla al fútbol.
El día del partido, aquello era para verlo, yendo por Murcia , camino a la vieja Condomina , con la gallina de mascota.
La gente nos miraba y en silencio hacían gestos con la cabeza o comentaban la escena con los compañeros que le acompañaban.
Como es típico en esto del fútbol, nos tomamos unas cañitas antes de entrar.

El campo iba a estar lleno hasta la bandera. Y decidimos tomar tiempo, e irnos tempranito a la capital del Segura.
La intención nuestra era lanzar a la gallina al terreno de juego y que se hiciera famosa, saliendo en televisión, al ver a jugadores y empleados del club, corriendo por el campo para apresar a nuestra amiga.
En fin, una gamberrada de las nuestras.
No se nos ocurría nada bueno.
El primer escollo a salvar, era el portero que nos recogía las entradas, por si nos la descubría .
Nosotros, escondiendo muy bien a nuestra querida gallina, paso sin problemas.
El campo estaba a rebosar. No cogía ni un alfiler.
Nosotros, ubicados en la grada lateral, estábamos apiñaos como sardinas en lata.
Decir que en la grada lateral, no habían butacas,eran escalones muy bajos de cemento, donde la gente se sentaba muy apretujada.

A nuestra querida gallina, apenas nadie la descubrió, la gente estaba totalmente centrada en el partido.
El partido fue muy igualado y con mucha emoción, como no podía ser de otra manera, por lo mucho que se jugaban tanto los pimentoneros ,como los maños.
Nosotros ,algo nerviosos, no sabíamos que momento era el idóneo, para hacer volar a nuestra mascota , hacia el terreno de juego.
Ya en la segunda parte, en una trifulca de los jugadores de ambos equipos, la gente levantada de sus asientos , protestaba muy airadamente.
Pensamos que ese era el momento adecuado, y decidimos lanzar hacia el campo a nuestra amiga.
Lo que paso después, fue de risa.
Resulta que no lanzamos con suficiente fuerza a la pobre gallina y no alcanzo el campo. Le cayo a un señor de la primera fila en toda la cabeza .
Imaginaros el susto y sorpresa del hombre , al ver que le acababa de caer en toda la cabeza una gallina.
Este hecho , la verdad es que no formo gran revuelo en la grada, exceptuando el público mas cercano a nosotros, que al ver nuestra acción se la tomaron a cachondeo. El resto del público estaba totalmente entregado a lo que ocurría en el terreno de juego.
Nosotros haciéndole gestos al señor, le decíamos por señas que la gallina era nuestra . A lo cual, el hombre, haciéndose el despistado, dejaba de mirar para la grada y continuaba prestando atención a lo que en el campo estaba pasando.
El señor, seguramente estaría pensando, en la suerte que había tenido, al volver a casa con un regalo en forma de gallina, y lo contenta que se pondría su señora, al saber que al día siguiente no tendría que ir al súper a por carne para la comida.
En fin nosotros , ya no muy pendientes del fútbol, estábamos dispuestos a recuperar a nuestra querida amiga.
Tendríamos que esperar al pitido final del arbitro , para ir a ver al señor ya que no se podía andar por la grada lateral, por estar a reventar.
Nada mas terminar fuimos a ver al hombre quien, tomándoselo con deportividad, nos devolvió a nuestra amiga.
Esa aventura, no se le olvidaría nunca a nuestra mascota, ni a nosotros tampoco.
Así que nos volvimos a Orihuela , todos juntos, no sin antes , tomarnos unas cañitas por los aledaños de la Condomina , para celebrar el regreso a casa de nuestra querida gallina.

Ahhhh , se me olvidaba, ese día el Murcia empato a uno con el Zaragoza, quien a la postre, sentenció en la Romadera, y fue quien se llevo al gato al agua , subiendo a primera división.

lunes, 16 de febrero de 2015

Un viaje rápido con retorno a casa. Julio Rodríguez



Corría el verano del año 91 o 92 no lo puedo precisar con exactitud para mayor concreción mes de julio en su primera semana y antes de fiestas en Orihuela. La conjunción de extrañas fuerzas que se ejercían sobre nosotros sin que nosotros las pudiésemos controlar hizo que unas voluntades se juntasen en espacio / tiempo de tres seres en un viaje de resultado inesperado, los participantes de esta singular experiencia no eran otros que el gran Paquito Rueda, Un servidor que suscribe y Lolita Vera de San Pedro esta última formaba un Duo irrepetible con Amaya de Castellón o mejor dicho de Basauri que es como ella preferia que se la conociese a dicho Dueto las llamábamos cariñosamente “las Cenomenas” y digo bien y no me he equivocado ortograficamente al poner la “C” en vez de la “F” al comienzo de la palabra era así como se les conocía a la pareja antes mencionadas en el argot cabañero “Las Cenomenas” . La susosdicha pareja no merecerían un capitulo aparte en estas historias sino mas bien todo un libro por fascisculos pero como las mismas no son objeto de la presente historia el versar sobre ellas lo vamos a dejar de un lado no sin desearles todo lo mejor y que la vida las vaya tratando bien que es como ellas se merecen ya que hace mucho tiempo que no se nada de ambas y la culpa de ello es totalmente mía.

Pero volvamos después de este inciso a retomar la historia de aquellas primeras semanas de aquel estío ya que después de sincronizar las agendas y no haber exámenes por en medio teníamos a disposición nuestra toda una semana por delante libre y en nuestro punto de mira estaba en visitar las ciudades lusas de Braganza, Oporto, y la gallega Vigo , el viaje era largo en distancia y tiempo y lo que se dice dice plata como dirían los argentinos para la subsistencia del viaje no es que sobrará es que no había , por lo que tuvimos que utilizar el ingenio para economizar y estirar poco dinero del que teníamos a nuestra disposición para ello decidimos comprar una tienda de campaña en forma de Iglu de rebajas en el Eroski ya que las pernoctaciones teníamos que hacerlas si o si en Camping al ser lo mas barato , hicimos también un acopio de latas en conserva entre las cuales no faltaban las latas de atún , sardinillas en tomate, Foei-gras, melocotón en almibar con ello solucionabamos con pan del dia en origen el tema de la Manutención y hasta nos llevemos una caja de limones 20 Kg en especie , genero que pensábamos venderla por aquellas latitudes donde dicho cítrico aparte de ser apreciado es escaso y la venta estaría asegurada con un valor añadido con el que se consiguirían unos ingresos liquidos en peseticas de la época que nos vendría de perillas a nuestros escasos por no decir nulos caudales. Para el transporte contábamos con el Coche del Padre de Paco que ya había venido a disfrutar de sus merecidas vacaciones estivales a Orihuela desde Ceuta donde trabajaba como profesor de Instituto pagando la gasolina a medias entre los tres. Resueltos ya todos los problemas de logística, intendencia y transporte nos dimos cita a las 8 de la mañana en el portal del edificio Generalife nº 32 de la Calle Duuqe de Tamames de Orihuela el lunes de aquella semana.

Tocamos el timbre para anunciar nuestra llegada y acto seguido baja Paquito y nos alecciona de que su padre iba a bajar y que seguro que nos iba a preguntar que adonde íbamos a ir con seguridad y que la respuesta a tal pregunta debía ser nunca decir que a Oporto y Vigo sino que a Ceuta.

Efectivamente a los pocos minutos baja el Papa de Paco Junior con su perrita para dar el habitual paseo matutino , el Papa de Paco ere un tipo afable y jovial que nos saluda efusivamente y después de estrecharnos la mano y de dar un repaso a la situación de la morisma por territorio ceutí nos hace la pregunta la cual ya estábamos previamente advertido ¿ A donde vais Muchachos? A lo que respondimos con la mentira piadosa que ¡!!! a Ceuta Señor Paco!!!! sin saber en aquel momento que en el pecado llevábamos la penitencia impuesta.

Despues de las típios consejos y recomendaciones que un buen Padre hace hacia un hijo de conducir con prudencia y cuidado y unos consejos técnicos acerca del coche le hace entrega de las llaves del coche, nos despedimos de él y nos dirigimos a coger el coche , recuerdo que era de color oscuro no muy fuerte con matricula de Ceuta pero no recuerdo la marca si un Toyota, o nissan y Prometiendonoslas muy felices

Ahí nos tienes a nosotros con una euforia desatada por esa carretera nacional 301 en dirección a Madrid y echando

Millas para atrás cuando por tierras manchegas cuando a la altura de la población de El Provencio ,Paco detecta que el chivato de la temperatura se había encendido por lo que decidio parar para que el coche se enfriara y echarle agua al radiador.

Retomamos la marcha y cuando solo habíamos hecho unos 40 Km a la altura del conquense pueblo de Mota del Cuervo se vuelve poner el chivato al rojo vivo y tras las deliberaciones pertinentes decidimos cancelar el viaje y volvernos para Orihuela ya que el coche no estaba en las mejores condiciones para seguir el viaje

Retomamos el viaje de vuelta y cuando habíamos circulado unos pocos kilómetros a la altura del quijotesco pueblo de El Pedernoso el coche parecía una cafetera express en ebullición el radiador se había roto y nos dejo tiraos en medio de la carretera eran más o menos las dos de la tarde y ya íbamos hambientos bajo un sol de Justicia propio de aquellas llanuras y sin esperanzas que se levantara una brisa para aliviarnos , auntenticos botijos andantes, recogimos los papeles del seguro, cerramos el coche y con el cochecico de San Fernnado dirección al Pedernoso ( aun no eran los tiempos del teléfono móvil ) allí tras reponer unas fuerzas a la sombra de un árbol en un garito decidimos buscar un taller mecánico con la suerte que en el primero que encontramos el tipo tenia grua y convenio con el Seguro del Coche de Paco para cargar el coche e iniciar el viaje de vuelta.

Ahí nos tienes a los cuatro a las cuatro de la tarde regresando para Orihuela con el Coche ya arriba del camión Grua estábamos para habernos pintado un cuadro y tras un penoso mas que glorioso regreso a eso de las ocho llegamos a Orihuela sanos y salvos de ese mismo lunes pero con cansancio hasta el alma y con las ilusiones frustradas de un viaje de rapido retorno inesperado

HECHOS A POSTERIORI

La caja de los limones se la dimos al tipo de la Grua en agradecimiento de habernos socorrida en parajes tan agrestes y en tan tórrido día.

La Tienda de Campaña tipo Iglu jamás llego a estrenarse, y creo que aún sigue almacenada en casa de Paco sino se ha deshecho ya de ella después de dar tanto tiempo la lata en su casa.

Despues de aquella ocasión malograda sigo sin haber visitado Braganza, Oporto ni Vigo.

Moraleja: El Hombre propone y Dios Dispone.

PD: Estimado y Querido Paco siéntete libre para ampliar, corregir detalles que seguro se me han escapado

sábado, 14 de febrero de 2015

Las comidas de hermandad Calasporro Cabañeras. Carlitos Sierra y Juanillo Pérez




Queridos amigos: La siguiente historia relata un acontecimiento muy querido por todos nosotros. Y lo vamos repitiendo ininterrumpidamente desde hace ya veinte años. Se trata de las tradicionales comidas prenavideñas ( siempre las hacemos el domingo anterior a la Nochebuena), que todos los años celebramos en lugares tan dispares, dependiendo de quien la organice. Esta bonita tradición la comenzó nuestro Paco, que nos avisó a todos por teléfono y nos citó , como no, en nuestra querida y entrañable “Orihuelica del Señor”, un domingo antes de Navidad, para comer y jugar un partido de fútbol después, cómo no!. Podéis imaginaros la alegría que nos dio volvernos a encontrar después de estar algún tiempo sin vernos. Esa alegría, después de veinte años, la seguimos teniendo intacta o quizás más todavía. Es posible, que algunos no nos veamos en todo el año, nada más que en la comida, que por eso precisamente la hacemos. Pero al reunirnos, parece que estamos todos los días viéndonos. En las comidas, nos juntamos todos con nuestras familias, y se crea un ambiente de verdadera, verdadera hermandad. Nosotros, como bien dice el dicho popular , no dejamos que crezca la hierba en la senda de nuestra amistad. Bueno, da gusto ver, como vamos cumpliendo años, como, a unos se nos va poniendo el pelo blanco, a otros se les está cayendo , en fin , cosas que pasan. Pero lo importante no es eso. Lo importante es el palizón que le metemos los cabañeros a los calasporros, jugando nuestro partidito de fútbol después de la “comidita”. Al final,como siempre , para que no se nos cabreen, les decimos que hemos quedado empates y así se quedan tan contentos nuestros queridos calasporros. Unos años hemos ido a Águilas, otros a Caravaca, Alicante, Orihuela, Las torres, Bullas, Calasparra, Guardamar, Tabarca..........en fin como podéis ver, medio mundo. Ahhhh!!!!, y el próximo año nos iremos a Planes, a casa de nuestros queridos amigos Vero e Hilario. Han sido muchos los sitios, pero esos, no son nada, en comparación a los que nos faltan por ir. Pero como dijo ,no se quién, que tiene mas razón que un santo: " Nunca está demasiado lejos la casa de un amigo”. Así que, por lejos que nos vayamos, lo hacemos encantadísimos de la vida. Tenemos muchas anécdotas en todos estos años de comidas. Por señalar algunas destacaría la que organizaron Carlos y Julio en Tabarca, con gincana y paseo en barca incluidas. Y como , casi nos quedamos allí por causa de la tormenta. Los bailes del escocés de Carlos, que al final terminamos todos bailando. El baño mío en la playa de Águilas en pleno invierno, detrás de un balón que salió por la banda. Los discursos de los organizadores salientes y entrantes, en el traspaso de poderes. Los muchos besos en los morros entre cabañeros y calasporros.............. Bueno , pediremos al Altísimo que nos deje juntarnos muchos, muchos años más, y le damos las gracias por todos los encuentros vividos.

Cuando le toca a Carlos el discurso de organizador entrante o saliente, siempre nos dice que cuando nos jubilemos, el encuentro será mensual en lugar de anual, y esto hace que yo ya tenga ganas de jubilarme para que se cumpla esto...

En otra ocasión, a parte del encuentro anual, alquilamos una casa rural en “Zarra”, (provincia de Valencia), y a parte de lo típico de pasar el fin de semana compartiendo comidas, vinos y conociendo la zona, estuvimos contándole a Hilario,( que no había vivido los primeros años de la Cabaña), las “historias” más relevantes, y de allí salió el serio compromiso de redactarlas para compartirlas, como finalmente hemos hecho. Esperamos que os gusten y os proporcionen algún buen momento, y estoy seguro que de alguna manera quienes las leéis compartís con nosotros estas vivencias y sin duda, si lo deseáis, pasáis a ser algo “cabañeros” con nosotros. Un fuerte abrazo, amigos.

BALDOO! Juanillo Pérez


Queridos amigos, la siguiente historia es fiel reflejo de la excitación juvenil, un poco llevada al extremo que, por momentos, imperaba en nuestra querida cabaña.

Era el cumpleaños de Paco, allá por el mes de Mayo, y no sabíamos bien que regalarle. No se nos ocurrió otra cosa que comprar una docenita de cohetes para celebrarlo.
Aquello iba tomando tintes de que no podía terminar muy bien.

Quisimos comprobar que nuestra querida mascota ( la gallina Caponata ) tenía alma de astronauta, y no se nos ocurrió otra cosa que atarle un cohete a la pata a ver si subía por los cielos. Así comprobamos que nuestra Caponata , en sus genes, contaba con sobradas cualidades para surcar los cielos, en esta ocasión con ayuda de una larga cuerda, (para evitar que se quemara), y un cohete que la ayudó a alcanzar una considerable altura y bajar volando por si misma.
Llegada la noche decidimos dar rienda suelta a nuestra gamberrería.
Cerca de la cabaña había un corral de vacas, y decidimos saludarlas con unos lanzamientos de esos traviesos cohetes.
No prendiendo a unas balas de paja apiladas de puro milagro.

Al pobre vecino de enfrente,(ya cruzando la carretera), el señor Baldo, rehén de nuestras travesuras, quisimos saludarle con otro lanzamiento de cohete.( Que por cierto, y gracias a Dios no entró por la ventana de pura chiripa, y fue a explotar en la terraza de su casa).
Al momento se encendieron las luces de su casa, lógicamente alertados por la explosión del cohete.
Al poco tiempo aparecen los municipales por la cabaña. Nosotros, al verlos venir, decidimos salir por patas por los huertos colindantes.
!!!!!Éramos unos prófugos!!!!!

Nuestro salvador, Carlos , fue quien medió en todo este desaguisado y al final, una vez mas, nos libramos de una buena, saliendo ilesos de esta peligrosa aventura. Ni que decir tiene, que en el vecindario éramos famosos, y en otra ocasión estando en casa, oímos jaleo por la vereda, y al asomarnos por la ventana, vimos a los vecinos muy exaltados dirigirse hacia nuestra cabaña.

Pensamos que venían a apalearnos por las múltiples fechorías que les hacíamos, y nos apresuramos a trincar la puerta con llave y cerrar todas las ventanas y bajar las persianas, para seguidamente, empezar a rezar padrenuestros y suplicar la ayuda divina, para que nuestro señor intercediera ante el inminente linchamiento .
Nos juntamos todos en el comedor como conejillos , esperando lo peor.
Fueron pasando los largos minutos y no entendíamos porque no estaban ya dentro de casa. Nosotros les oíamos perfectamente abajo nuestra.

Al cabo de unos minutos, nos asomamos muy sigilosamente por la rendijas de la persiana casi bajada del comedor, y comprobamos que sus miradas y señalamientos se dirigían justo hacia el tejado.
Que raro, decíamos.
!!!!!Palomas!!!!!!! Entonces gritamos.
Eran las palomas lo que a aquellos rudos vecinos iban siguiendo, que se habían posado en nuestro tejado.

Aquello provocó que, una vez mas , nos riéramos a carcajada limpia por habernos librado de un linchamiento, quizás algo merecido.
En otras ocasiones eran muy frecuentes las hogueras que hacíamos de noche en la vereda.

!!!!Fuego purificador!!!!! Gritábamos exaltados e hipnotizados por el fuego.
Cualquier cosa nos valía de combustible. ( Leñas del huerto, enseres en desuso de nuestro casero D. Jesús ,que almacenaba en el garaje , muebles viejos, colchones olvidados por algún rincón...... ) en fin, que no le metimos fuego a la cabaña de milagro. Gamberros, gamberros y mas que gamberros.

Y NO AMANECE. Juanillo Pérez



En la cabaña, aparte de otras muchísimas cosas, también de vez en cuando, nos daba por estudiar.
De esto va esta graciosa historieta.

Estábamos en el comedor todos juntos hablando del importante examen que teníamos al día siguiente, y en la necesidad de hincar los codos a tope desde ese mismo momento hasta la hora del examen, para salir victoriosos.
Nos aprovisionamos de café, Coca-Colas, Katovit y demás artilugios para estar bien despiertos toda la noche .
Así que manos a la obra. La mesa del comedor fue rápidamente desalojada de los restos de comida de una semana y quedó preparada para ser testiga de nuestra proeza estudiantil.

Recuerdo a nuestro Carlos, alzar el bolígrafo al cielo y pronunciar los conjuros y exaltaciones propios de la ocasión, que nos ayudarían y motivarían para el estudio.
Las primeras risas se produjeron cuando Carlos, a poco del maratón de estudio decidió irse a dormir, no sin antes oír las protestas de los demás compañeros de estudio.
Carlos decía que madrugaría y seguiría estudiando, hasta la hora del examen, que necesitaba descansar un ratito .-" Pondré el despertador a las seis". Y marchó a sus aposentos..
En fin, nos quedamos huérfanos en el estudio y como andábamos algo inquietos , decidimos gastarle una bromilla al bueno de Carlos.

Decidimos adelantar la hora de todos los relojes de la casa incluidos el despertador de Carlos y su reloj de muñeca . Y cuando sonara y creyera Carlos que eran las seis, en realidad eran las tres.
El cambio de hora fue todo un éxito y a la hora y pico de que Carlos se fuera a dormir, oímos sonar el despertador en su habitación. Nosotros cómplices de tan malévola broma, nos mirábamos unos a otros con una mueca de risa sostenida y aguantada.
Asomándonos con disimulo al pasillo esperábamos ver a Carlos salir de su habitación, y así fue.
Abrió su puerta y dirigiéndose al comedor, se sorprendió mucho de que estuviéramos todavía despiertos y estudiando.
Venga Carlos únete a nosotros.-" Joer, parece que he dormido poco" , decía Carlos, entre las risas disimuladas nuestras .

Al rato de estar por allí estudiando veíamos a Carlos algo mosqueado. " ¿qué raro, son las siete y está todavía de noche?"...
Ya aquello provocó unas risas y fue cuando Carlos descubrió por un reloj que tenía en el coche todo el montaje.
Ni mucho menos nuestro Carlos se lo tomó a mal. Aunque nos ganamos una cariñosa regañina suya. Pero, mirándolo bien, aquello le sirvió a Carlos para estudiar más y aprobar ese importante examen.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Extraños bichos. Paquito Ruedita


A Carlitos, como no podía ser de otra manera cuando hablamos de un tío tan buena persona, le gustan mucho los animales. Recuerdo que cuando estábamos en la cabaña, hablábamos muchas veces de una granja escuela y de otras historias relacionadas con la cría respetuosa de todo tipo de bichos.

Un día nos decidimos, y en el mercadillo callejero, compramos gallinas y patos.
! La cara que puso el profesor de inglés cuando escuchó a la cría de pato que Carlos llevaba en el bolsillo de la chaqueta¡

El profesor al que cariñosamente apodábamos "el botijo", nos dijo que no se podían llevar mascotas a clase y nosotros le respondimos que el pobre pato no tenía con quien quedarse y no tuvimos mas remedio que traerlo al aula.

El caso es que las gallinas crecían mas o menos felices junto a nosotros. Estuvimos muy unidas a ellas.....Tanto como para meterlas en casa cuando hacia frío. Unos días después nos dimos cuenta de que no había sido buena idea.

La Caponata fue una gallina muy especial. Con ella descubrimos lo que es el buche de un ave. El amigo Agustín lo llenaba con coñac utilizando un bote de cristasol y había que ver a esa gallina borracha cantando y dando vandazos por la puerta de la casa. Lógicamente al día siguiente la pobre tenia resaca y se pasaba horas subida a un alambre sin moverse y con dolor de cabeza.

A Carlos nunca le gustó que se maltratara a los animalitos, por lo que la mayoría de estas delictivas acciones fueron cometidas durante su ausencia.

Pues todo esto lo estoy contando para llegar al surrealista momento que vivimos Juanillo y yo cuando llegando de la escuela, normalmente, aparcaba el chrisler en una vereda próxima a la casa y andando ya cerca de la puerta del garaje, pudimos ver unos seres extraños que en un principio se me hizo difícil identificar.
Corriendo de un lado a otro, habían unos bichos de dos patas como palillos que tenían un cuerpo en forma de barco y una pequeña cabeza a uno de los lados.
Estos seres eran de diferentes colores. Los habían rojos, verdes, amarillos con motas azules, verdes con la cabeza amarilla y especialmente uno me llamó la atención porque era rojo con lunares blancos.

Cuando Juanillo y yo, que no dijimos nada porque no sabíamos que decir, nos acercamos de forma definitiva, nos dimos cuenta de que eran las gallinas, que habían sido pintadas con pintura acrílica de alta calidad. Unos botes que estaban en el garaje y que pertenecían a la Lola y al Jesus.

Os puedo prometer y prometo que aquellos bichos no parecían gallinas. La pintura había hecho que las plumas se apelmazaran y no sabría muy bien como describir lo que vimos.

En fin, una anécdota mas de la vida alegre y rústica que vivimos en nuestra época estudiantil.




Guerra de naranjas. Juanillo Pérez




Amigos, nuestra querida “Cabaña”, estaba en plena huerta, rodeada de naranjos. Os podéis imaginar el aroma tan bueno que se respiraba cuando , allá por abril, los naranjos florecían.

Esas noches primaverales, era toda una gozada, salir a la terraza e impregnarse de la fragancia del azahar que inundaba toda la huerta. En octubre. Ya teníamos naranjas , que por cierto eran “Navelinas” ricas, ricas. En la Cabaña, los víveres iban justos, justos, pero lo que son naranjas ,eso no faltaban. Nuestro querido casero, D Jesús , insistía en que cogiéramos de todo el huerto, las naranjas que quisiéramos. Pero lo que se le olvidó decirnos, es que por la parte izquierda de la Cabaña, solo tenía dos filas de naranjos, el resto de filas de naranjos eran del vecino.

Nosotros ignorábamos ese importante dato, y pensando que eran del señor Jesús, cogíamos a nuestras anchas naranjas del vecino. Menos mal, que, nuestro vecino, nunca nos pilló “in fraganti”, aunque nosotros ignorábamos que estuviéramos cometiendo hurto alguno. En fin, cosas que pasan. La Cabaña tenía muchos amigos, uno de los mas allegados era Pedro, de Alicante. Este amiguete, se merece ,el solo, la redacción de toda una historieta. Vivía en una pensión , muy cerquita del cruce donde los alumnos de la escuela solíamos hacer autostop, para que, algún alma caritativa nos acercara a la escuela, la cual, estaba dirección a Beniel a unos cinco o seis kilómetros de la gloriosa, bella e inigualable Orihuela. Bueno, al hilo de la historia, Pedro solía venir mucho por la Cabaña. Era un chaval muy majo, algo extrovertido y travieso. Pero esas cualidades no desentonaban, en absoluto, en nuestra querida Cabaña. Ahora, os preguntareis...... ¿Que relación tienen Pedro y las naranjas del huerto? Pues muy sencillo. Muchas veces ( no todas por cierto ), Pedro iniciaba una guerra de naranjas cuando venía y nos tiraba naranjas a los que estábamos en casa. De repente, nosotros, que estábamos tranquilamente dentro de la Cabaña descansando, veíamos entrar naranjas a toda velocidad por la ventana del comedor-cocina, y seguidamente unos berridos muy característicos de nuestro amigo Pedro. Nosotros, que nos quemaba el culo, no tardábamos en contraatacar a naranjazos que teníamos en el frutero, hacia él. La guerra empezaba así, pero terminaba todos metidos en el huerto a naranjazo limpio, unos contra otros. Y nuestras queridas gallinas, con la capitana " caponata " al frente, estaban en medio del fuego cruzado, corriendo de un lado hacia otro, intentando librarse de algún naranjazo. Lo mas gracioso es que, cuando íbamos a buscar a Pedro a su pensión, él insistía en que no contáramos nada a su casera, de las fechorías que siempre estábamos haciendo, porque él tenía una muy buena reputación, en su pensión. Pero cuando salía de allí, Pedro se desataba y desmelenaba por completo. No se entenderían las borregadas de la escuela sin sus intervenciones . Fumigaciones a los borregos con “mochilera”, paseo de bandera nazi, “esturrear” harinas y huevos en las “melondras” borreguiles........ entre otras muchas. En fin, que Pedro se las pintaba solo. Pero lo queríamos mucho y era como un “cabañero” más.

El Rugbi. Juanillo Pérez




Queridos amigos: La siguiente historia va de deporte. No siempre van a ser de cervezas, juergas y municipales para allá y para acá. Resulta que Vicky siempre ha sido muy deportista, era nuestro capitán y estrella en el legendario equipo de los “Cojones negros de Machín”. Recuerdo que para los partidos oficiales, hacíamos unos banderines conmemorativos, que nuestro capitán, se los entregaba al capitán del equipo contrario. (Para que os deis cuenta, lo serios que eramos cuando de fútbol se trataba).

Resulta que un día ( como otro día cualquiera ) estábamos en la cantina de la escuela convidándonos con " agua mineral de Espinardo", (cerveza “estrella de levante”, cuya fábrica está en esa localidad murciana), cuando se nos acercaron dos amiguetes del equipo nacional de rugby de la escuela. Querían que nos apuntáramos al equipo, ya que iban justos de gente. Nosotros ( Vicky y yo), les dijimos que no teníamos ni idea de rugby , a lo que ellos , restándole importancia ,nos dijeron que no había ningún problema,que nos enseñarían y que lo íbamos a hacer muy bien. A lo primero dudamos un poco, pero la verdad es que la idea nos seducía, y le dijimos que sí.

Decir , que el equipo de rugby de la escuela era toda una institución, jugaban campeonatos con otras escuelas universitarias e incluso en la liga nacional representando a Orihuela, y era un equipo con mucho caché. El equipo entrenaba durante la semana, un par de días, en el palmeral de Orihuela. Con lo que allí nos citaron para el primer entrenamiento.

Al llegar por la “tarde-noche” al campo de entrenamiento, y tras los saludos pertinentes a nuestros compañeros, los cuales eran todos conocidos de la escuela, nos dieron unas nociones básicas de este noble deporte. A Vicky le nombraron “tres cuartos”. Y a mi “talonier”. A saber que coño era eso. Nosotros entre bromas, nos reíamos, sin saber muy bien por donde iban los tiros.

Ni que decir tiene que nuestros compañeros de equipo eran chicotes fornidos, buena gente y muy sanotes todos.

Bueno, lo de tres cuartos, haciendo un símil al fútbol, viene a ser como el extremo veloz que corre la banda del terreno de juego. Es decir , los 3/4, son aquellos jugadores que agarran el balón y corren como gamos, por la banda, esquivando a los adversarios y a conseguir hacer un ensayo en la linea de portería del equipo contrario. Como Vicky era peso pluma y veloz, era su posición ideal. Lo de talonier se requiere mas pesaje. Ósea yo. Resulta que al comienzo de las jugadas, se forman las “melés” de los equipos, enfrentadas la una con la otra , y se entrelazan hombro con hombro. El balón “apepinao” se sitúa en el centro de las dos, y al equipo que corresponda, marca una jugada en secreto y el talonier es el primero en coger el balón y pasarlo al compañero, ya predeterminado por la jugada ensayada, y así empezar el juego. El talonier está en el centro de la melé. Va escoltado a cada lado, por dos compañeros fortachones que, sujetándolo del pantalón, lo elevan del suelo, lo giran hasta ponerlo en posición horizontal y nos lanzamos bravamente hacia la melé del equipo contrario. Situación que simula , a la época medieval ,a los bravos conquistadores de castillos y fortalezas, cuando habrían las puertas a troncazo limpio .

Yo pensaba que nos abriríamos la cabeza con los contrarios. Pero no. Lo que hacemos es apoyarnos hombro con hombro. Hay que decir , que, en contra a lo que pueda parecer, el rugby no es un deporte violento, sino para caballeros bien considerados. Jugamos varios partidos oficiales , pero la verdad es que el rugby nos ocupaba bastante tiempo y al final nos lo dejamos, ya que nosotros , que no lo había dicho antes, por aquella época , también jugábamos en la selección nacional de fútbol de la escuela. (Que a la postre era nuestro deporte favorito).

Con el fútbol , Vicky y yo nos fuimos a jugar a Valencia,( a la politécnica.) Y en un viaje, recuerdo, no se porque, nos trajimos un montón de camisetas de fútbol. Aparte ,también jugábamos mucho en el campus Universitario de Espinardo, y también fueron muchos los partidos que jugamos fuera del ambiente universitario. En aquella época entre cerveza y cerveza, también hacíamos algo de deporte.


ANÁLISIS QUÍMICO: “EL MAGNETOAGITADOR”. (Carlitos Sierra)




En unas prácticas de “análisis químico”, en la que para ver el contenido de carbonatos en una muestra de agua, hacía falta ir añadiendo “nitrato de plata” a la muestra en un vaso, previa la adición de unas gotas de “indicador”. Con una pipeta se van añadiendo gota a gota el “nitrato de plata” hasta que el agua cambia de color, y sin dejar de mover la solución … Y he ahí la cuestión de este relato, ya que para no mover todo el rato con una varilla, el vaso se pone en una base metálica que en su interior un disco metálico gira tras enchufarlo, y se le añade al agua una especie de supositorio, que no es otra cosa que un imán recubierto de plástico blanco: “EL MAGNETOAGITADOR”. Y, bualá!: éste gira dentro del agua ahorrándonos el estar con la varilla removiendo sin parar.

Pues Don Joaquín Moreno, que era de los profesores más competentes de la escuela, “Catedrático de Edafología”, pero también el de peor carácter y algo misógeno, nos tenía seriamente advertido que cada uno debería tener sus “magnetoagitador, y que el que no lo trajera, suspendería la práctica ese día... El caso es que a una compañera, no recuerdo si de nombre Carmen o Raquel, se le extravió el dichoso artilugio, y como mi agua era de poco carbonato, y yo terminé enseguida, pues le presté el mio. Pero nos pilló, y me llamó a su despacho al acabar en el laboratorio...Solo recuerdo que esto asustó más a mis compañeros que a mi mismo, pero no era para menos. Aquello fue poco menos que un consejo de guerra...-”Que si para aprobar tendría que cambiarme de escuela....”, que si se había enterado que me reía en clase del profesor de inglés,- (un día le pusieron en su mesa mi diccionario de inglés, que era de esos tamaño “mini”, y toda la clase se rió bastante cuando el profesor preguntó por su dueño y yo levanté la mano)...etc

En fin, que me defendí con toda la dignidad y respeto que pude, y yo creo que no lo hice mal, pues aquella asignatura la aprobé con una de las mejores notas de la clase, y fui de los pocos que con Don Joaquín mantuve una buena relación el resto de mi estancia en Orihuela, e incluso posteriormente.

PD: La última larga conversación que mantuve con él fue en una visita que trabajando de comercial de maquinaria de jardinería y elementos de riego, hice por la escuela. (El profesor de maquinaria agrícola me había pedido unos catálogos), y Don Joaquín me comentó, (e incluso me enseñó la documentación detallada a ver que opinaba yo ) , que se había inscrito como constructor y promotor urbanístico, e iba a hacer unos bungalows en un terreno que tenía en Bigastro....Justo esto fue al comienzo de la crisis inmobiliaria hace unos 10 años...No sé cómo le habrá ido...

martes, 10 de febrero de 2015

Finalmente aprobado en álgebra. Juanillo Pérez





Queridos amigos: Quiero contaros lo cuesta arriba que se nos hacía aprobar una asignatura puñetera donde las haya. El “álgebra” . (Aunque la culpa no creo que sea tanto de la asignatura como del profesor).

Era curioso ver como cuando llegaba el examen final de álgebra, se llenaba la escuela de viejas glorias del pasado, intentando, una vez más, aprobar de una puñetera vez la dichosa álgebra.

El día del examen , había más gente y más ambiente en la escuela, que en las mismísimas fiestas de San Isidro . Se producían los típicos abrazos entre amigos que hacía tiempo que no se veían ( pues desde el último examen final de álgebra). Y ya de paso se remitían para el próximo. El profesor, cuyo nombre no recuerdo, pero mi querido amigo Carlos, seguro que sí, le decíamos el “Panchito”, por su parentesco a los mejicanos de las pelis de “Pancho Villa”. Yo recuerdo, que el último año mío en la escuela, me faltaba por aprobar el álgebra de primer curso, y todas sus derivadas de cursos posteriores.

Bueno , como veréis, era una asignatura realmente jodida de aprobar. En fin , “caprichitos” del señor profesor, que se ve que disfrutaba, cuando se le llenaba la clase el día del examen, y luego, en las listas de 100 alumnos, aprobaban 5. Y la nota más alta era un 6.- Tela marinera...

Era gracioso ver el libro de álgebra. Las primeras hojas, trataban de los conjuntos y subconjuntos y todo ese rollo, ( aunque para ser sincero, todo el álgebra era un rollazo que te mueres ), estaban hechas polvo de tanto manosearlas. Las hojas de los temas centrales del libro, estaban trilladas pero menos, y en los últimos temas, las hojas todavía olían a nuevas. Nunca llegábamos a estudiar a fondo los últimos temas.

Bien, llegó el enésimo examen final de álgebra. Yo, como de costumbre,( pues algo sabía del tema), salí del examen, pues como siempre, con pocas esperanzas, pero bueno, eso no era novedad.

Resulta que al cabo de unos 20 días, corren rumores por la escuela que habían salido

las notas de esta asignatura. Bueno, no iba a ser yo quien fuera corriendo a verlas. Una nueva decepción estaba a punto de producirse. Recuerdo perfectamente la situación. Iba esa vez solo. Andando despacio hasta el tablón de notas. Daba la sensación que era como ese condenado a la orca, yendo a su triste final de la ejecución. A lo lejos se dejaban ver el manojo de folios grapados en el tablón. Efectivamente eran las notas de álgebra. Al llegar, me sale del alma un suspiro de desaliento, y con poca fe, me pongo a buscar por orden alfabético mis apellidos. No podía ser. Dejo el manojo de folios , y me retiro unos metros hacia atrás. Vuelvo otra vez a acercarme y a buscarme de nuevo en la lista. No puede ser! A continuación de mi nombre había un numero. Era la nota y ponía 5 ( aprobado). Pasaron varios minutos y mi mirada, solo estaba clavada en mi nombre y en el 5. Todo lo que pasó, inmediatamente al conocimiento de mi aprobado, fue muy raro. Raro y extraño. Estaba solo. Fue curioso. Había un banco junto al tablón de notas y me senté, como cayendo desplomado. Estuve un buen rato. En silencio, solo, con la mirada algo perdida, una respiración muy suave, casi imperceptible y con el cuerpo aplomado e inmóvil. Jamás, jamás había tenido esa sensación después de conocer una nota de examen. Yo siempre había dicho a mis amigos, que cuando aprobara álgebra íbamos a pillar una cogorza de campeonato. Pues, en ese momento, nada más lejos de la realidad. Recuerdo ese día, después de conocer la nota, ir a casa y acostarme a dormir sin compartir con nadie mi aprobado. Todo fue muy extraño. Ni yo mismo me reconocía. Serían cosas que a uno lo superan, y no sabe muy bien darles ninguna explicación.

Al despertarme, empezó la sensación de alegría a invadirme. Creo que estaba despertándome del sock recibido. Ya volvía a ser yo mismo. Empecé a contárselo a todo el mundo. Mi amigo Vicky también había aprobado. Esa noche iba a ser larga , muy larga. Decidimos coger todos nuestros apuntes de álgebra, que por cierto eran un buen tocho, y hacer , con ellos, una pequeña “hoguerita” en un solar colindante a nuestro piso. Como en otras muchas ocasiones , nuestros queridos amigos los municipales, no quisieron perderse nuestra fiesta, y llegaron pidiéndonos los “Dni” y recriminándonos nuestra conducta. En fin, como siempre.

Pero nosotros estábamos acostumbrados a estos avatares, y después de que todo se tranquilizara, y los municipales,nos dejaran... La noche era joven. Muy joven... Y la noche fue larga. Muy larga...

Orihuela, una vez más, fue testiga de una fiesta de órdago. La ocasión lo merecía, y mucho .

No todos los días apruebas una asignatura después de intentarlo tantos años.

PD: Me dice Carlos que el profesor se llamaba Juanjo, y que en un principio la asignatura “hueso” de la escuela era la “química” de Don Joaquín Moreno, pero que por envidia, el cálculo infinitesimal y el álgebra se subieron a la parra para quitarle ese dichoso puesto de honor. (Deshonor, diría yo).

Carlos tuvo más problemas con la parte de cálculo, que finalmente acabó aprobando en Albacete, y siempre decía que qué triste irte a “Orihuelica” a que te suspendan más duramente que si estuvieras en “Harvard”, “Oxford” o “Salamanca”, con lo que yo estoy totalmente de acuerdo.

jueves, 5 de febrero de 2015

El Ajofaifo. Juanillo Pérez


Queridos amigos: Esta historia trata de una mascota muy especial que cayó en nuestras manos de la manera quizás menos buscada. Resulta que estando viviendo en la casa de la montaña, Paco nos trajo un perrito que, en su casa no podía estar. Era un cachorrillo muy chulo. Nos decía Paco que era un Foxterrier de raza. Eso a nosotros nos daba igual. Nosotros con mucho cariño lo aceptamos y empezamos a buscarle nombre. Que si Sultán, Lince , Robi.... Bueno, al final de entre las mentes pensantes surgió el nombre de ,” Ajofaifo”. ( inspirado en un arbusto de hoja caduca llamado azofaifo, procedente de China).

El perrito era muy cariñoso y enseguida nos conquistó, con su meneo de culo, y lametones, cada vez que le llamabas. Siempre que salíamos de casa y se quedaba de guardián, nos daba mucha pena porque el pobrecillo se quedaba llorando. Y , como eramos mas buenos que el pan, decidimos que iba a ser uno mas de la cuadrilla, y lo llevábamos a todas partes con nosotros.

Recuerdo en la escuela que era toda una atracción. Se corría el claustro en un santiamén.

Como era un cachorrillo muy nervioso, la mayoría de veces, para que no le pisaran o se perdiera, nos lo metíamos dentro de la cazadora y él sacaba su cabeza, y con las orejas tiesas ,siempre atento a todo lo que pasaba. Enseguida le buscamos trabajo. Nos dimos cuenta que era el gancho perfecto para ligar. Nuestras simpáticas compañeras de la escuela ,siempre se acercaban a acariciarlo y decirle cositas, situación que nosotros no desperdiciábamos para preguntarles que qué hacían esa noche. Situación que ellas, tampoco desaprovechaban para darnos calabazas en la mayoría de las veces. ( No en todas, todo sea dicho ). Recuerdo los jueves en murcia de marcha, que nuestro Ajofaifo hacía su trabajo perfectamente y ligábamos más que nunca.

Un día nos decidimos llevarlo al veterinario , para el tema de vacunas y demás. Nos quedamos de piedra cuando nos pregunto, el veterinario, que como se llamaba, a lo cual respondimos: Ajofaifo. Deja el hombre todo lo que estaba haciendo, y levantando la mirada hacia nosotros nos dice muy serio -" será Ajofaifa no? No veis que es una perrita. Nos quedamos a cuadros. Nosotros como le veíamos algo colgar y era un cachorrillo, y además más empanaos que Abundio, pues nos pensábamos que eso era su miembro viril. Sin embargo nos aclaró el veterinario que aquello era su ombliguillo. Bueno, nosotros no estábamos ya dispuestos a cambiarle el nombre y siguió llamándose Ajofaifo.

Recuerdo en una ocasión, llevárnoslo al cine de la antigua CAM de Orihuela a ver una peli. Fue una risa. Lo llevábamos como de costumbre dentro de la cazadora y le escondimos para que el portero no lo viera. Lógicamente si lo ve, pues no nos hubiera dejado entrar . Al poco de empezar la película, con el cine a oscuras, empieza a aullar la perrita, a lo cual, el acomodador, mosqueado alumbra con su linterna a donde estábamos sentados. Y nosotros con carita de no haber roto un plato, pudimos despistar al señor acomodador. Al rato se nos escabulle Ajofaifo y se nos escapa por el cine. Madre mía la que se va a liar , pensamos. Efectivamente. Se formó un gran revuelo, a lo que el acomodador, que ya nos vigilaba de cerca, decide echarnos del cine entre risas

de todo el público, y abucheos al señor por echarnos.( El pobre hombre pensaría:-” ¿qué culpa tendría él para merecerse esto?”)

De todos nosotros, al que más cariño tenía era al Vicky, ( que por cierto, el cariño era mutuo). Siempre dormía en su cama y siempre estaban jugando juntos. La verdad, que vivía como un “marajá” nuestro perrito. Al terminar el curso. Vicky se lo llevó a Águilas y allí pasó a llamarse Linda.

Ya nunca más volvió a Orihuela. Se quedó en casa del Vicky, con sus padres, los cuales, lo cuidaban de maravilla. Y era mejor que ya no se moviera de allí y se convirtiera en “Linda la aguileña” . Allí, tuvo mucha descendencia, y fue muy feliz todos los años que Dios le dio , que fueron muchos. Nosotros, cuando íbamos a Águilas, a casa del Vicky, la llamábamos, y se ponía loca de contenta ( y nosotros también) , venía a nosotros moviendo el culillo y dándonos lametones, como nos hacía cuando era cachorrillo/a. Lo que no sé es si se disfrazó algún año en los famosos carnavales aguileños, eso es algo que nos lo tendrá que aclarar Vicky...

miércoles, 4 de febrero de 2015

Navidades en Madrid. Juanillo Pérez y Carlitos Sierra




Esta historia relata unas mini vacaciones que nos rapamos en Madrid justo la semana anterior de la navidad. (Sería por el año 93). Recuerdo llegar a la capital en el coche de nuestro Paco, y hospedarnos en una pequeña pensión situada en la calle postas, justo en una de las entradas a la plaza mayor. El balcón de nuestra habitación, asomaba a la plaza, y por esos días anteriores a la navidad , se llenaba de un mercadillo de todo lo relacionado con estas fiestas tan entrañables . Árboles navideños, figuritas de belén, adornos ...... Y sobre todo una sobredosis de gente muy animada y contagiada por el espíritu navideño. Nosotros, como buenos turistas, nos dedicábamos a ir de un lado para otro empapándonos del magnifico ambiente, que por esos días se respiraba por Madrid. Recuerdo una noche, estando de copichuelas, pasar por la puerta del sol y, a nuestro julio, alzar la voz, todo emocionado pronunciando frases en euskera.(Que habíamos oído en alguna manifestación por Pamblona: Esorika..gora iruñá!! o algo así). Y unos policías de la plaza, volverse hacia nosotros sin que aquello llegara a mayores. Nosotros a pesar de todo, casi siempre sabíamos donde estaba el límite de las cosas , y hasta donde podíamos llegar. También recuerdo esa noche, por la calle Huertas ( una de las zonas de copas de Madrid) tomarnos unas cervezas

en un bar , cuyo nombre no recuerdo, pero famoso por haberse grabado allí, escenas de “Tacones lejanos” de Almodóvar.

Mención especial también a los bocatas de jamón en "el museo del jamón" de la “Plaza del Sol”. En fin, un fin de semana prenavideño muy bonito en la pensión Arevalillo, que por cierto lo regentaba un matrimonio mayor, muy majos, asturianos.

En aquella ocasión Carlos no nos pudo acompañar, pues vivía en Albacete, y trabajaba cuidando ancianos en unos hogares protegidos del Ayuntamiento. Así que, a la vuelta de Madrid a Orihuela, decidimos hacerle una visita y pasamos la noche en Albacete, completando nuestra invernal aventura. Tras una noche de auténtica fiesta prenavideña por las discotecas de moda albaceteñas, de regreso a casa de Carlos, vimos en un termómetro ( 0 º C )...y dijímos...”Ni frío ni calor...0ªC , ni frío ni calor...”, y nos quitamos los jerseis, y ya puestos: camisas y camisetas también...Y lo mejor es que esa buena y recia gente manchega al vernos, hacían lo mismo...y ale!...A cantar villancicos....

Nota: Me dice Chema que qué es eso de Juanillo, Carlitos, Paquito Ruedita....Y me recuerda el chiste que el profesor se enfada seriamente con sus alumnos que al pasar lista se nombraban así...y dice: El próximo que se nombre así lo suspendo...A ver, el nº1: JUAN, el nº 2. Carlos,..el nº 3: FRANCISCO, el nº 4: JULIO,.. el nº 5: “AGAPOOOO”.....

Viaje al Calderón. Juanillo Pérez





Queridos amigos: La siguiente historia, bien reciente en el tiempo, transcurre en el año 2014. Una excursión cabañera al “Calderón”, de la cual nos vinimos con el firme compromiso de repetirla todos los años.

Fue el día 5 de abril, sábado, y quisimos quedar bien tempranito para aprovechar el día de convivencia plena entre unos amigos que se quieren mucho. Es decir : nosotros.

El punto de reunión fue la “Venta del Olivo”. Julio salía de Guardamar y recogía a Paco en Orihuela. Carlos, que estaba en su campo, se desplazó directamente a la Venta del Olivo. Y yo esperé en la “Venta del Empalme” ( Archena) a Julio y Paco,para reunirnos después con Carlos. Bueno, después de los cafés pertinentes, partimos rumbo a “los Madriles”, pensando en hacer escala en la bonita villa de Uclés (Cuenca).

El viaje, como no podía ser de otra manera, fue de lo más ameno, risas por aquí, carcajadas por allá, así fuimos atravesando la muy noble tierra manchega. No faltaba, por supuesto, nuestro recuerdo mas cariñoso hacia nuestros queridos calasporros, que, por unos motivos u otros, no se apuntaron a la excursión.

Una vez en Uclés, villa histórica donde las haya, paramos para almorzar en el bar " la Posada de Pedrín" sita en la plaza mayor de la villa. La villa de Uclés , para el que no haya tenido todavía la fortuna de visitarla, dispone de un monasterio de tal talla, que se ha ganado, con todo merecimiento, el sobrenombre de "el Escorial de la Mancha." Fue sede de la orden de Santiago durante la reconquista. Y a lo largo de su dilatada historia, ha sido de todo: monasterio, fortaleza, cárcel, hospital...... Ya en estos últimos años ha sido seminario menor de la diócesis de Cuenca.

No puedo pasar por alto el nombramiento, dentro de las dependencias del monasterio, por parte de nuestro maestre D. Carlos Sierra Martínez, de “Caballeros de la ilustre orden de Santiago”, en su versión actual de “Orden del Camino de Santiago”, con el compromiso de hacerlo efectivo en un futuro próximo. (A esta orden pertenece por ejemplo el famoso párroco de “Melide”). Emocionante!... Bueno, después de este pequeño inciso en el monasterio , y una breve visita por las bonitas calles medievales de Uclés, volvemos al bar de Pedrín. Unas cervecitas y bocatas nos vinieron de perlas para tomar fuerzas y prepararnos para la conquista de Madrid y hacerla cabañera. Julio y Paco ,desde el principio de la excursión, iban presumiendo de camiseta del “Atleti”. Lo cual, delataba, a que íbamos los cabañeros a la capital de esta gloriosa España.

Bueno, nuestra llegada a Madrid era inminente. No hay nadie que sepa moverse por Madrid como nuestro Paco. Y nos fuimos directos a su barrio. San Juan Bautista.(San Chinarro). Allí , nuestro querido Paco, nos enseñó el lugar donde vivió su tierna infancia, el parque donde jugaba al fútbol y canicas, el cole donde iba...... En fin, una visita muy nostálgica y emocionante. Pero para emocionante la visita al bar “ San Juan”. El dueño, amigo de nuestro Paco. enseguida nos trató de maravilla. Allí cayeron unas cuantas cervezas con tapas de calamares, pistos madrileños, papas bravas...

Nos dimos un pequeño homenaje de bienvenida a Madrid. Dejamos el bar, y continuamos la fiesta con una suculenta comida en el banco de un parque del barrio, con unas “delicatesen” traídas de nuestras tierras.

Dejamos el bar, y continuamos la fiesta con una suculenta comida en el banco de un parque del barrio, con unas “delicatesen” traídas de nuestras tierras. Tortillas, lomos, patatas, olivas, sándwiches y mucho mas, todo regado con mucha cervecita. Entre cervezas y tapas, las horas van pasando, y nos proponemos coger el coche y dirigirnos al calderón. Es Paco quien coge el coche y, moviéndose como pez en el agua, en un santiamén estábamos aparcados cerquita del campo de fútbol. Llegamos con tiempo “sobrao” para empaparnos e involucrarnos de lleno, del alucinante ambiente colchonero que se respiraba por los aledaños del estadio. Nos metimos en un bar,cómo no!, lleno de gente atlética, y nos pillamos unas cervezas. Ya en la puerta disfrutábamos del ambientazo que allí se vivía. Al poco tiempo, ya estábamos en cola para entrar al campo. Si en la calle había ambiente, dentro del estadio era la locura. Alguien que vaya al campo, y no sea del Atleti, termina sucumbiendo a la fiebre “rojiblanca” y animando a los colchoneros.

El campo se llenó. Jugaba contra el “Villarreal” y ganó el Atleti 1-0. Las entradas las sacó Paco con antelación, y estábamos sentados en el segundo anfiteatro del fondo sur. Justo encima de la peña “Frente atlético” . Alucinante!. Después del partidito, cogimos el metro y nos colocamos en el centro. Una vueltecita por Sol, Plaza Mayor, Carrera San Jerónimo, Cibeles , Neptuno......... Alternando con visitas a los barecillos del lugar. El día iba resultando simplemente perfecto en todos los sentidos. Ya al anochecer , volvimos al metro de vuelta al Calderón. Una vez en el coche, tomamos un bocado como cena, de lo que nos sobró de la comida, y emprendimos el viaje de regreso. La aventura continuaba.

En el viaje de vuelta no faltaron largas conversaciones llenas de entusiasmo entre los cabañeros. Entre el buen ambiente reinante, íbamos haciendo kilómetros, y al llegar a la Gineta (Albacete) ya de madrugada, decidimos parar a descansar y tomarnos un cafetito calentito, en un área de servicio , junto la autovía. Y Julio y Paquito seguían, con sus inseparables camisetas del “Atleti”, que les habían acompañado toda la jornada. El día iba llegando a su fin. Una pena. Creo que todos estábamos tristes de que esta preciosa aventura estuviera llegando a su final. En un abrir y cerrar de ojos , nos colocamos de nuevo en el punto de partida. La Venta del Olivo, que daba la sensación de haber estado en aquel lugar hace varios días antes, y sin embargo había sido por la mañana cuando partíamos de allí.

Nos despedimos con fuertes besos y abrazos de nuestro Carlos. Y continuamos viaje hacia la otra venta sita mas abajo , la del “Empalme”, donde me despedí igualmente de Paco y Julio, con la promesa de repetir la excursión el próximo año, con otra visita al Calderón , y a ser posible con la compañía de nuestros calasporros. En fin, fue todo un día lleno de grandes momentos y emociones los cuales hacen que te sientas mas vivo que nunca.

Gracias a Dios por llevarnos y traernos de Madrid y pasar un día inolvidable .


La Telekinesia. Paquito Ruedita


Los domingos por la noche era cuando normalmente nos reuníamos todos en la Cabaña.
Oscar y yo vivíamos en la casa, pero Juanillo, Carlitos y Julio venían de sus respectivas localidades después de haber pasado el fin de semana.

Era un domingo de invierno. Recuerdo que en la sala que daba a la calle, donde normalmente  nos sentábamos al lado de la chimenea solo había una luz mortecina que apenas iluminaba la escena.
Yo estaba solo y un poco decaído porque ese fin de semana mis asuntos amorosos no habían progresado adecuadamente como hubiera sido mi intención, y me apenaba bastante el tener que afrontar una nueva semana hasta tener de nuevo otra oportunidad el siguiente sábado por la noche.
En eso llegó Juanillo. No se porqué pero venia muy cansado. Nada mas llegar se tumbó sobre el desvencijado sillón y cerró los ojos.
La puerta se abrió y apareció Carlitos Sierra.  !Se acabó la depresión¡  Carlos era un torrente de energía positiva que a menudo nos contagiaba a todos.
JUAN, gritó, sabes lo que es la telekinesia?. Juanillo apenas abrió los ojos y se puso a escuchar casi sin ganas....
Yo estaba un poco intrigado ante tan sustancial asunto.
La telekinesia es una nueva ciencia que consiste en la habilidad de utilizar la mente para mover objetos a distancia. Consiste en bla bla bla......no recuerdo muy bien la retaila de explicaciones científicas y de detalles técnicos.
Juanillo de vez en cuando levantaba la cabeza y me miraba con cara de paciencia infinita. Yo miraba a Carlos con una mezcla de asombro por todo lo que el chaval sabia y de estupor ante la posibilidad de que esto se alargara demasiado.
Tras una larga disertación científica, le dice Carlitos a Juan........
Parece que no crees lo que te digo. ¿Quieres que te haga una demostración?
Juanillo, que estaba como ya dije bastante cansado, no tuvo ganas ni de discutir con Carlitos, que a esas alturas estaba ya bastante emocionado y le dijo que hiciera lo que quisiera.
Carlitos entonces le dijo......Yo voy a hacer que algo se mueva solo con mi mente. Cuando acerque los dedos a tus ojos solo tienes que cerrarlos y cuando menos lo esperes notaras algo en tu oreja.

Comenzó entonces un extraño ritual en el cual Carlos acercaba de forma lenta sus dedos a los ojos de Juanillo. Este cerraba los ojos cada vez que los veía llegar. Yo miraba la escena con bastante interés sin tener ni idea de cual sería el desenlace final.

De repente, cuando Juan tenia los ojos cerrados Carlos con alevosía y total premeditación le suelta un sopapo en la oreja al bueno de Juanillo, que a este se le quitó el sueño para toda la noche y estuvo ya espabilado hasta el día siguiente.
¿HAS NOTADO ALGO? Dijo Carlitos haciéndose el interesante.....
Me cago en todas las telekinesias Carlos, dijo Juan levantándose del sofá......

Yo casi me revuelco de la risa que me dio. Tanto me reí que hasta el día de hoy recuerdo perfectamente lo que es la telekinesia.



El estudiante de la ETA. Carlitos Sierra



Esta historia es corta y concisa, como las “señas” que mi madre puso en la carta que me envió cierto mes de mayo a Orihuela para avisarme que debía ir a firmar el contrato para vigilante forestal en la temporada de verano.

Resulta que la buena mujer no sabía mis señas exactas, y como sabía que vivíamos frente al cuartel de la guardia civil (aunque en realidad no era tan

“enfrente”). Y sabía del buen funcionamiento del servicio de correos español, como bien cuenta mi amigo Paco en su historia de la postal de Pamplona...

Pues mi querida madre me puso en un papel que debía presentarme urgente a firmar el contrato de vigilante forestal y a la revisión médica correspondiente, en la “Consellería de Agricultura” en Alicante, en la mayor brevedad posible. Y lo metió en un sobre donde escribió sin mayor atención:

CARLOS SIERRA

Estudiante de la E.T.A

(Frente al cuartel de la Guardia Civil)

ORIHUELA (Alicante)

Lógicamente, E.T.A correspondía a las siglas de “ESCUELA TÉCNICA AGRÍCOLA”. Pero cuando uno de los chavales hijos de guardia civil,( creo que se llamaba Alejandro) , que nos conocía bien, pues solíamos jugar al fútbol con ellos, nos trajo la carta.... Las risas duraron un buen rato. Sobretodo recuerdo a Juliete por los suelos retorcido de dolor en los abdominales apretándoselos con los brazos.

Alejandro nos contó que en el “cuartelillo” también se habían reído bastante, después de descartar que no era un chivatazo sobre un comando de la temida banda terrorista. Nuestro amigo se lo aclaró enseguida y se ofreció a traernos la carta (creo que abierta), al tener claro que era para mí.

Por otro lado, la “Conselleria de agricultura” también llamó a los municipales de Orihuela, que me localizaron en la Escuela. Estando en clase viene el bedel y pregunta por mí,- “que los municipales me buscaban”....ufff. (De todo pasó por mi cabeza, aunque lo más probable era que había pedido permiso para la ginkana de San Isidro, y sería por eso....). Resultó ser el asunto del contrato y la revisión médica, que pude realizar a tiempo, y colorín colorado, esta historia se ha acabado.

El JR. Carlitos Sierra



Era una noche lluviosa de febrero, y yo terminaba un examen de “cálculo infinitesimal”, que tras unos duros meses de estudio, y las noches anteriores de apenas dormir, no me había salido muy bien.

Llegué aturdido y derrotado a la Cabaña, y tras una profunda siesta me despertaron mis amigos muy animados para que les llevara con el “Cochesierra” a una supuesta fiesta de carnaval en un bar de Redován.

Accedí, y los cinco en el “R 10” partimos hacia Redován a eso de las 10 de la noche. Había parado de llover, pero el barro reinaba por doquier, y al aparcar frente al bar, -con luces de colores-, donde me indicaron era la fiesta, mi coche rozó los bajos con una gran piedra que sobresalía del terreno. Con la preocupación y comprobando que no le había pasado nada grave al coche, no advertí que donde de verdad me habían dirigido era al famoso puticlub “JR” de la carretera nacional “Alicante- Murcia” a la altura de Redován, acercándose por carreteras secundarias para que yo no sospechara que era la conocida casa de citas. Me extrañó que dudaran tanto en entrar. Entró Oscar el primero, que era el más valiente de todos, y al entrar yo detrás y percatarme de donde realmente me hallaba me sorprendí visiblemente.

Tomamos una cerveza a precio de oro, y volvimos a la Cabaña con mis compañeros risueños y satisfechos del evidente sobresalto que me habían proporcionado.

martes, 3 de febrero de 2015



La noche de los vasos de agua. Juliete Rodríguez



Erase una noche de las de los primeros meses tras mi ingreso en la Cabaña y constituirme ya en derecho y hecho miembro de la cabaña y en un cabañero mas y por aquel entonces tenía la costumbre de retirarme a mi habitación antes que el resto de cohabitantes de la Cabaña dejando a mis contertulios con la actividad que tocaba del día como podía ser ver la televisión alguna partidita variopinta o la mas de las veces en tertulias sesudas dignas del “café Gijón” . A fecha de hoy todavía no se a quien se le ocurrió o quien fue el Mastermind de los hechos que voy a contar porque no se si es que lo vieron en la Televisión y decidieron ponerlo en practica o es que ya lo habían hecho anteriormente con éxito pero la cuestión es que decidieron realizar un experimento usando como conejillo de indias al que suscribe y el experimento a realizar era emular el sonido del agua mientras uno duerme con el objetivo que el cerebro mande una orden de relajación o aflojamiento de los esfínteres y miccionar la cama mientras que la persona esta en el sueño.

Como decía la cobaya elegida resulto ser un servidor y para emular el sonido del agua se agenciaron unos vasos de tubos trasegando de uno lleno a uno vacío y así sucesivamente .

Los angelitos que tenia por compañeros quisieron conocer los resultados efectivos de tal fenómeno y claro la habitación que tenía se prestaba para tal menester ya que el cabezerón de la cama no daba a una pared sino a una puerta que daba directamente al porche-terraza de la casa.

Premeditadamente y con alevosía estos malandrines que tenía por compañeros esperaron el tiempo prudencial que creyeron que yo ya estaba profundamente dormido, aunque yo ya les había oído los planes que tenían aquellas paredes eran muy finas y sabia de antemano cuales eran sus muy nobles intenciones

Cuando ya creyeron que estaba echo un bendito en los brazos de Morfeo creo recordar aunque no estoy muy seguro que hasta entraron a mi habitación a comprobarlo “in situ”. Empezó el festival del trasvase ¡!!!Gluuuu-gluuuuuuu!!! De vaso a vaso, empezaron por la puerta delantera de la habitación, luego por la trasera, luego simultáneamente dos equipos uno por delante y otro por detrás y con mucho arte como unos buenos escanciadores de sidra asturianos de toda la vida , dale que te pego agua para arriba agua para abajo y hasta supongo que buscando la eficacia total del método entraron en la habitación y se colocorán o mas próximo que pudieron a mi oreja y siguieron con el ritual.

Yo no daba crédito a lo que estaba viendo y escuchando y estaba clujío de la risa dentro de la cama de lo surrealista que estaba pasando .

Así estuvieron pues no se pero mas de dos horas el tiempo o el tiempo que consideraron suficiente para el efecto con éxito de la práctica, yo ya, de cansancio me quede dormido y sobre todo con la tranquilidad de lo inofensivo del fenómeno

A la mañana siguiente entraron todos a darme los buenos días y a preguntarme como había dormido con una amabilidad picarona ya que el motivo real era comprobar los efectos del experimento de la madrugada anterior porque solo recuerdo tal desfile procesional en mi habitación aquella sola vez en todo los años de convivencia y como sabía que querían comprobar los efectos de sus actuaciones nocturnas quise satisfacer rápidamente sus intrigas poniéndome en pie y tirando las sabanas y mantas bien para atrás para que se viera bien el colchón , algunos incluso como al Igual que le Paso a Santo Tomas llegaron a tocar el colchón para creer lo que estaban viendo y llegados este punto hasta me llegaron a enternecer la carita de desilusión y perpejlidad que ponían al comprobar que la gambarreda les había salido como un tiro por la culata después de toda una madruga en vela con el trasiego y salían maldiciendo “me cago en sanpeo” decian algunos.

Una vez ya levantado para ir a la escuela les pregunte extrañado que hacia tanto vaso de tubo con agua encima de la mesa a lo que me respondieron que después de irme a acostar estuvieron bebiendo y que la resaca les había entrado sed por la madrugada contestaron los angelitos. Y es que tenían salida para todo los muy cafres

Al cabo de algún tiempo les confesé que aquella noche había sido consciente de lo que estaban haciendo pero que les deje ir porque me estaba divirtiendo el asunto a fecha de hoy y pasados mas de 25 años aun sigo sin saber quien fue el autor intelectual de los hechos aquí narrados. Que se este tranquilo que no pienso ajustar cuentas que esta ya prescrito jajajajaja.

Un Cordial saludo buena gente

Cobaya: el Juliete

Autores: el minso de los cojones, el yerno, el misionero y el Oscar el risitas: ¿?

Aportación personal de Paquito Rueda.
Juliete, tengo que decirte que la idea fue de nuestro ilustre amigo Juanillo. Nos dijo que el método era cien por cien efectivo, ya que a él se lo habían hecho durante un viaje de estudios y su cama apareció totalmente inundada de orines.
Por lo tanto está claro que lo que falló esa noche no fue el método, el cual está científicamente testado, sino el individuo protagonista del evento.

lunes, 2 de febrero de 2015

Jaime, un nuevo cabañero. Carlitos Sierra.

Paso a relatar brevemente como Jaime, camarero habitual del “Chanos”, donde solíamos ir a tomar café en Molins, acabó viviendo en la Cabaña, y lo que aconteció con él .

Jaime nos servía los cafés habitualmente en el Chanos, y de carácter reservado apenas había hablado con nosotros hasta que un día se sinceró y nos dijo que iba a montar un bar propio en “La Campaneta”.También nos preguntó qué pagábamos de alquiler, resultando que él pagaba por una habitación más que nosotros por la casa entera, con lo que con sus nuevas responsabilidades y gastos decidió venirse a la Cabaña a vivir con nosotros, lo cual también nos abarataba a nosotros la cuota mensual por persona.

Su nuevo Pub lo llamó “Yalosé”, y le ayudamos a publicitarse en la inauguración, aunque no quedó muy contento, pues hizo más de 500 carteles, y solo pudimos ponerle unos 10, ya que nos pilló en época de exámenes.

Cuando en Molins se celebraban las 24 horas de futbito, Jaime participó con su negocio contratando al “Betis Florida” de Alicante para ganarle a su antiguo jefe, y al ver que no ganaban uno de los partidos finales, salió a jugar en persona, sentenciando el partido en su contra, pues no jugaba demasiado bien que digamos.

En otra ocasión, que fuimos a cobrarle su parte con “La Lola” a su Pub, pues se hacía el remolón para pagar, nos dijo que debía ir a hacienda a Alicante, que le atendiéramos la clientela, que volvía en una hora. Yo le dije que mínimo dos de ir y volver, y lo que tardara en las gestiones. Pero insistió, y le dije que si en tres horas no había vuelto dejaría de cobrar a los clientes... Y tardó más de cuatro horas... En otro capítulo narraremos lo que allí sucedió, ya que no lo recuerdo nítidamente, pero creo que Oscar fue a Orihuela a por los calasporros cuando las consumiciones se volvieron gratuitas...

Los cojones negros de Machín. Juanillo Pérez


Queridos amigos, la siguiente historieta trata del buen gusto musical y futbolero que atesorábamos los cabañeros y calasporros. La música, siempre ha sido un elemento muy importante en nuestra bendita estancia en "Orihuelica del señor". Hubo muchas bandas sonoras, que nos emocionaban al escucharlas y formaban parte de nuestro día a día. Cabe destacar grupos como: Triana, Golpes bajos, Los Ilegales, Los Toreros muertos ,La Frontera, entre otros muchos...... Resulta ,que hubo una temporada que nos dio por el maestro Antonio Machín. Y no había fiesta que nos corríamos que no termináramos entonando ilustres canciones del maestro. "Esperanza"," Mira que eres linda", "Madrecita", "Angelitos negros" .......

"Esperanza"," Mira que eres linda", "Madrecita", "Angelitos negros" .......

Cantar, cantábamos regular, pero el sentimiento, emoción y ganas que le poníamos eran dignos de toda alabanza . Fue tan grande el sentimiento machinero que teníamos, que cuando jugábamos los campeonatos de futbito en la escuela, nuestro equipo se llamaba "Los cojones negros de Machín ". Espectacular, eeehhhhh!!!! Pues sí, era todo un espectáculo ver nuestros partidos. Recuerdo a nuestro Chama, cuando íbamos camino a la pista de futbito, llevar una caja de galletas vacía bajo el brazo, y dejarla cerrada junto a la línea de banda. Y cuando el partido se complicaba en el marcador, el Chama abría la caja y era la señal de cambiar nuestro juego por otro...... mas rudo ( por decirlo de una manera amable). Antes se advertía a los contrarios que se podía abrir la "caja de galletas" si seguían jugando "guarro".

La alineación era digna de la selección nacional de la escuela: Paquito de portero. (Que por cierto, nos abandonó por desavenencias al estilo de juego). Defensas rompepiernas; nuestro julio y un servidor. Señoritas de balett del centro del campo: Nuestros Chama y Mateo. Volante izquierdo: Nuestro acróbata Carlos . Volante derecho: Nuestro gato Isidoro. Falso nueve: Ramoncete. Verdadero nueve :nuestra estrella Vicky ( Capitán ).

Bueno , por supuesto lo mejor de los partidos, ganáramos o perdiésemos, era la "pija" a cerveza que nos metíamos después en la cantina, celebrando lo mejor : Nuestra amistad.






domingo, 1 de febrero de 2015

La moto del Jesús. Juliete Rodríguez

Como bien dice el amigo Juanillo ,aquella anoche teníamos unas ganas locas de marcha y el transporte más a mano era el gran Paco Rueda que por las razones que fueran no estaba por la labor, pero una conjunción de las fuerzas de la naturaleza titánica, nos hacía que aquella noche el Juanillo y un servidor de todos ustedes estuviésemos imparables. Sabíamos que en el almacén de abajo existía un vespino, pero no sabíamos si funcionaba o no. De hecho, a primera vista el aspecto que tenía aquella moto era deplorable. Te quitaba las ganas de salir. Había que verla con 2 toneladas de polvo encima, que ni siquiera se distinguía de que color era, si azul o roja . El cuero que forraba el sillín estaba roto, dejando la mayor parte de la esponja al aire libre. El espejo estaba partido. En fin, una joyica de moto, pero no nos disuadió de agarrarla y ver si nos llevaba a Murcia a nuestra ansiada “destinación”.
Después de probar arrancarla a caballete y casi sacarnos la lengua en dos sesiones, protagonizadas por los autores de esta sin par aventura, y no conseguir arrancarla, no por ello no rendimos. Llevamos la “motovespinoJesús” desde Molins a Orihuela por la carretera a tirones empujándole y dándole puño. Pero no arrancaba. Yo por aquel entonces tenía otro vespino en mi pueblo, y entendía un poquito de aquellas motos, y estaba muy claro que de bujía iba bien, pero que no tenía gasolina. La prueba del algodón era que al menear la moto y no hacer el ruido característico del golpeo de la gasolina en las paredes del depósito , la conclusión era palmaria: el deposito estaba seco. Surgía un nuevo inconveniente: como conseguir gasolina a unas horas en las que estaban ya todas las gasolineras cerradas. Era ya casi la media noche y casi sin querer y darnos cuenta nos habíamos metido en las vías del tren a las puertas de Orihuela empujando la “MotoJesus”. Pero ahí tuvimos nuestro golpe de suerte al enfilar la calle de “Obispo Rocamora” justo en el edificio del “Portal” en el que vivían los calasporros, casi enfrente de la Plaza de Toros de Orihuela. Allí había una motovespino aparcada en la acera de la calle, con el caballete puesto y la correspondiente cadena echada a la rueda. (Hago un inciso aquí para recordar que no se trataba del vespino de “Tomas el de Burriana” aunque si hubiera sido el de él lo hubiéramos hecho igual). Ahora el problema era encontrar un recipiente para trasvasar la gasolina de moto a moto, como por arte de magia encontramos por la calle una botella de sidra vacía que tenía las medidas justas, es decir, ni era demasiada alta, ni demasiada baja para apoyarse sin caerse entre la acera de la calle y el depósito de la moto. Ya solo faltaba acercarse a la moto quitarle el macarrón y abrir el pase de la gasolina.
Mientras fluía lentamente el combustible hacia la botella, permanecíamos ocultados convenientemente en la oscuridad, a distancia prudencia,l entre unos arboles y la plaza de Toros junto a la” MotoJesus” sin levantar sospechas. Al cabo de unos 10 minutos procedimos a recoger la botella de sidra que ahora estaba llena de gasolina, volvimos a colocar el macarrón del vespino sirviente, y con rapidez y cautela, ya que pasaban algunos coches echamos el carburante recogido al depósito de la Motojesús, y a la primera patada la misma arranco con brío, y las luces funcionaban. No cogíamos de alegría en nuestro pellejo. Después de atravesar toda Orihuela, el calentor de la Ciudad desapareció y empezábamos a sentir por nuestras orejas y pescuezo abajo un “biruje” poco agradable y unos “lagrimosos” que se nos soltaban. En aquellos tiempos ni llevábamos casco, ni el casco era todavía obligatorio, y el frío cada vez más hacía mas mella. El bueno de Juan iba a rebufo del conductor, pero decidimos parar esta vez a tomar algo de gasolina nosotros ya que en verdad lo necesitábamos para calentarnos y hacer más llevadero nuestro viaje a los Bares de MURCIA. Paramos en el primer bar abierto que vimos en Desamparados, y con tal fortuna que era un Pub en el que estaba de camarera una tal “Mari” que conocía de los tiempos de mi primer año en el Palmeral, ya que íbamos siempre a su Pub después de comer a tomar café con los compañeros de aquel entonces.- (Abro un inciso, porque no quiero que se me olvide. Recuerdo la primera vez que vi al Chema. Era mi primer año en Orihuela y yo todavía no estaba metido en el beregenal este que es el el Club selecto de Calaporros/Cabañeros ni sabía que existiría por aquellos tiempos. Fue en este bar del Pameral. Éll iba con el Mateo y más amigos. Teníamos la costumbre de ir a ese bar a tomar cerveza, de cuyo nombre no me acuerdo, y en el que trabajaba una camarera,- que en aquel momento no había otra en la comarca- que se le adivinaban unos atributos superiores femeninos, mas generosos que habíamos visto cualquiera de nosotros hasta entonces en la vida real, y nos atrajo como un iman al hierro. Luego ya veía al mismo tipo en la Escuela, pero todavía no teníamos relación, aunque ya nos saludábamos al pasar uno por enfrente de otro).
La Mari se alegró de vernos después de tanto tiempo y se convido a la ronda que consistió en DOS COPAZOS de de Brandy Magno. Aquel Líquido hizo efecto y con tales Calorías adquiridas, ya estábamos en condiciones de llegar, no a Murcia, sino a Albacete de un tirón.

La cosa ya marchaba mejor y viento en popa y la moto para lo vieja que era fue a puño enroscao todo el rato. Qué nervio que tenía la moto aquella!... Sin mayores percances después de pasar por “Puentetocinos” alcanzamos la “Muy Noble Ciudad de Murcia”, y en el primer semáforo en el que nos recibe la ciudad (estaba en rojo), haciendo stop, un coche de los municipales. Dudamos entre ponernos detrás de ellos o a su par. Al final, como somos gente honrada de buenas familias, y no teníamos nada que esconder, decidimos ponernos a su par. De lo que aconteció después paso a contaros El conuctor del “cochepolicía” bajo la ventanilla del coche patrulla, y después de unas educadas buenas noches, a lo que respondimos nosotros con aun mas educadas buenas noches , nos indica que nos echásemos al rellano que había en las inmediaciones, que querían hacer unas comprobaciones rutinarias. A lo que respondimos con saludo militar y diciéndoles que lo que les hiciera falta, que estábamos a su completa disposición. Nos piden el DNI y comprueban que uno tiene domicilio en Las Torres de Cotillas, y el otro de Guardamar del Segura. Y nos preguntan de que nos conocíamos nosotros siendo de lugares tan dispares. Les respondemos que eramos compañeros de estudios y piso en Orihuela, y que estábamos estudiando Ingeniería Agrícola en Orihuela. En Orihuela? Dice el Policía. Venís desde Orihuela en vespino? A lo que respondimos que sí. Estáis Chalaos o qué? A lo que respondemos que no, y que eso no era delito. ¿A qué venís a Murcia ?.- Sigue preguntando el policía. Pues nada, que tenemos a nuestra amiga, compañera y Novia: “Cristina” ,que está trabajando de camarera en el “Código”, y venimos a verla y tomarnos unas copas con ella, a las cuales están invitados Ustedes también , si quieren. Nos referíamos a Cristina Rubio, una Murcianica muy salada de “Murcia Capitá” de la “Cuadrilla de Roxana la de Albatalia”. Era totalmente cierto que era amiga y compañera de estudios, pero no lo último, aunque lo dijéramos. Prosigue el Interrogatorio policial y nos pregunta que cuál de los dos era el dueño de la moto. Les decimos que la moto no era de ninguno de las dos. Entonces: ¿de quién es la moto?- pregunta el policía ya en un tono un poco mas firme. ¡¡¡¡¡Hombre señor Guardia, de quien va ser esta Moto,- le respondemos¡¡¡¡¡¡ Esta Moto no puede ser otra que la de nuestro amigo y compañero de piso Jesús Cerezo, que nos la ha dejado prestada. (Aquello fue una Ocurrencia, un Happening como diría Cayetano el Pintor).
Ya que la cosa se iba haciendo un poco larga apresuremos a la Guardia Municipal para que fuesen terminando que se iba haciendo tarde e insistiéndoles que aligeraran y se viniesen ha tomarse unos Wiskis que se los merecían por su trabajo y buenas personas que eran. No se le ocurre otra cosa que preguntar al Municipal por la placa-matrícula de la Moto ¿ que por qué no la llevaba.? A lo que le respondo yo, que había municipios que no era obligatorio llevarla puesta. Sin ir mas lejos como en mi pueblo: Guardamar “ , lo que les dije totalmente convencido (después me enteré que sí, que era obligatorio, pero que ni se preocupaban de multar ni exigirlas en aquel entonces en Guardamar, y era por lo que yo, por ejemplo, en mi vespino no llevaba la placa identificatoria y lo consideraba normal. La Cosa se puso un poco tiznada, ya que querían ver el Nº de bastidor del vespino, a lo que le respondí que para eso hacía falta un destornillador para quitar la tapa, y papel de calco y que yo no disponía en aquel momento de semejantes herramientas. No hay problema, dice el Sr. Guardia Municipal, yéndose al coche patrulla, vuelve armado con un destornillador de estrella y linterna, y después de quitar la tapa y acceder a la numeración vuelve al Coche Patrulla mientras nosotros nos quedábamos con el otro Guardia. Estando conversando con el otro guardia, oímos como pasaba los datos del Nº de bastidor a la central remarcando que dicha numeración pudiera corresponder probablemente de un CICLOMOTOR SUSTRAIDO. A lo que le decimos que como podían pensar que nosotros habíamos sustraído el ciclomotor y que el ciclomotor no era de otro sino que de nuestro compañero y amigo Jesús Cerezo, y que ya estaba bien de tenernos allí parados, que hacía frío, y que lo tenían que hacer era dejarnos ir, archivar el caso y venirse con nosotros de copas, y que si no querían porque estaban de servicio pues luego a la 6 de la mañana cuando terminaran su turno. Reiterándoles de nuevo y amablemente nuestro humilde ofrecimiento. A lo que ya bruscamente, y de modos poco vaticanos, nos responden por primera vez los municipales que ellos ni ahora ni mas tarde se iban a venir con nosotros de copas a ningún sitio ni a ninguna hora. Les contestamos no se pusieran así que no había para tanto. Después de dar negativo en lo del bastidor sustraído, nos dejaron marchar, supongo que si no nos multaron por ir dos montados en un ciclomotor fue porque se les paso o pensaron que la multa no iba a llegar a nuestros domicilio. Ya estábamos en nuestra ansiada Murcia. Aparcamos el vespino en una semicurva enfrente de la “Puerta Principal de la Universidad Vieja de Murcia”, a pelo: ni llevábamos cadena ni candado para atarlo, ni nada. También pensamos que quien se iría a llevar esa moto con la pinta que tenía , delito también tendría el que se la llevará
Después de una larga noche de marcha a tope como dos cosacos, al romper el alba fuimos a por la moto para volver a Orihuela, pero ante nuestra sorpresa la moto había desaparecido.Nos dio la corazonada que aquello no era cosa de “chorizos vulgares” o gamberros sino mas bien de la Policia, Preguntamos por el “Depósito de Vehículos municipales”. Resultó estar por el Barrio del Carmen. Me parece bastante lejos de donde nos encontrábamos. Después de una larga caminata dimos con tal “Depósito”, preguntamos al guardia de turno si habían recogido un vespino de las características del nuestro, Nos dijeron que sí. Preguntamos si nos dejaban verlo para asegurarnos que era el nuestro, a lo que accedieron cortésmente, Allí fue por donde vimos por última vez la moto de nuestra aventura, por que allí estaba, era ella sin ningún genero de dudas. Nos interesamos de como podíamos rescatarla de allí, nos contestaron que trayendo la documentación de la misma. Eran ya las diez de la mañana cuando cogimos el tren de regreso para Orihuela, cansados como burros después del trote que nos dimos. De la pedida de documentación a la dueña la LOLA y lo que después paso lo podemos intuir. La MOTOJESUS no tenia papeles porque la cogería de por ahí probablemente el dueño, el tal JESÚS CEREZO, que en gloria esté, y el Angel de la Guarda nos evitó aquella noche, como otras muchas después, un “marrón” con la policía, porque podríamos haber ido al “cuartelillo” directamente sin pasar por el “Código” aquella misma noche. Pero lo dicho, aquella noche el Juanillo y un servidor eramos imparables. PD: Un privilegio y honor el haberos conocido a todos y poder disfrutar de vuestra amistad.

viernes, 30 de enero de 2015


Una historia flamenca. Juanillo Pérez


Queridos amigos , quiero contaros una historia divertida de mi amigo paco, que como amante de la buena música, escuchaba todo tipo géneros musicales.
Recuerdo cuando íbamos en su coche, mas conocido como el pacmovil, siempre ponía en el casete digital ultimo modelo, cintas de música buena.
Hubo una temporada que a nuestro Paco le dio por escuchar flamenco.
Daba gusto ir con Paco en su coche y verle imitar los gestos de los mas puros cantaores flamencos, y salir de lo mas profundo de su garganta, esos resquebradizos tonos flamencos, que a hacía que a nosotros también nos picara el gusanillo de arrancarnos por soleares.

En el pacmovil nunca faltaban cintas de la gran perlita de Huelva, Rafael Farina, la niña de la puebla y sobre todo, nuestro Paco, era fan de fosforito.
Como veréis el flamenco en estado puro .
En la gran Orihuela había una tienda de música especializada, en la esquina de la calle mayor. El dueño era amigo de Paco, y lo gracioso del caso es que Paco me mandaba a mi a comprar cintas de fosforito y a preguntar sobre las novedades de artistas flamencos . A nuestro Paco, cosas de la juventud, le daba cierto reparo. Lo cual era motivo de risas entre todos que siempre era nuestra tónica
En el pacmovil vivimos grandes nomentazos.
Recuerdo en otra ocasión, que fuimos un medio día a Bigastro Paco y yo a pillarnos unos katovit para estudiar a una farmacia.
Llegamos y estaba cerrada. Nos bajamos y vimos en el cartelito que habría a las 4 de la tarde, y decidimos esperar montados en el coche, justo enfrente de la farmacia
Cual fue nuestra sorpresa que pasaron dos veces los municipales despacito por la calle y mirándonos .
Nosotros , como estábamos acostumbrados a mil batallas, no hicimos demasiado caso
Nos sorprendía que fueran las 4 :20 y la farmacia que no habría.
Y entonces caímos en la cuenta que la dueña asomada a la ventana de la casa, que estaba encima de la farmacia, pensaba que estábamos esperando que habriera para atracarla.
!!! Que pinta nos vería la señora!!!
Y entonces entendimos lo de los municipales.
Al final abrió y nos vendió los katovit y comprobó que eramos buenos zagales.
Algo desjilachaos pero buenos zagales