BALDOO! Juanillo Pérez
Queridos amigos, la siguiente historia es fiel reflejo de la excitación juvenil, un poco llevada al extremo que, por momentos, imperaba en nuestra querida cabaña.
Era el cumpleaños de Paco, allá por el mes de Mayo, y no sabíamos bien que regalarle. No se nos ocurrió otra cosa que comprar una docenita de cohetes para celebrarlo.
Aquello iba tomando tintes de que no podía terminar muy bien.
Quisimos comprobar que nuestra querida mascota ( la gallina Caponata ) tenía alma de astronauta, y no se nos ocurrió otra cosa que atarle un cohete a la pata a ver si subía por los cielos. Así comprobamos que nuestra Caponata , en sus genes, contaba con sobradas cualidades para surcar los cielos, en esta ocasión con ayuda de una larga cuerda, (para evitar que se quemara), y un cohete que la ayudó a alcanzar una considerable altura y bajar volando por si misma.
Llegada la noche decidimos dar rienda suelta a nuestra gamberrería.
Cerca de la cabaña había un corral de vacas, y decidimos saludarlas con unos lanzamientos de esos traviesos cohetes.
No prendiendo a unas balas de paja apiladas de puro milagro.
Al pobre vecino de enfrente,(ya cruzando la carretera), el señor Baldo, rehén de nuestras travesuras, quisimos saludarle con otro lanzamiento de cohete.( Que por cierto, y gracias a Dios no entró por la ventana de pura chiripa, y fue a explotar en la terraza de su casa).
Al momento se encendieron las luces de su casa, lógicamente alertados por la explosión del cohete.
Al poco tiempo aparecen los municipales por la cabaña. Nosotros, al verlos venir, decidimos salir por patas por los huertos colindantes.
!!!!!Éramos unos prófugos!!!!!
Nuestro salvador, Carlos , fue quien medió en todo este desaguisado y al final, una vez mas, nos libramos de una buena, saliendo ilesos de esta peligrosa aventura. Ni que decir tiene, que en el vecindario éramos famosos, y en otra ocasión estando en casa, oímos jaleo por la vereda, y al asomarnos por la ventana, vimos a los vecinos muy exaltados dirigirse hacia nuestra cabaña.
Pensamos que venían a apalearnos por las múltiples fechorías que les hacíamos, y nos apresuramos a trincar la puerta con llave y cerrar todas las ventanas y bajar las persianas, para seguidamente, empezar a rezar padrenuestros y suplicar la ayuda divina, para que nuestro señor intercediera ante el inminente linchamiento .
Nos juntamos todos en el comedor como conejillos , esperando lo peor.
Fueron pasando los largos minutos y no entendíamos porque no estaban ya dentro de casa. Nosotros les oíamos perfectamente abajo nuestra.
Al cabo de unos minutos, nos asomamos muy sigilosamente por la rendijas de la persiana casi bajada del comedor, y comprobamos que sus miradas y señalamientos se dirigían justo hacia el tejado.
Que raro, decíamos.
!!!!!Palomas!!!!!!! Entonces gritamos.
Eran las palomas lo que a aquellos rudos vecinos iban siguiendo, que se habían posado en nuestro tejado.
Aquello provocó que, una vez mas , nos riéramos a carcajada limpia por habernos librado de un linchamiento, quizás algo merecido.
En otras ocasiones eran muy frecuentes las hogueras que hacíamos de noche en la vereda.
!!!!Fuego purificador!!!!! Gritábamos exaltados e hipnotizados por el fuego.
Cualquier cosa nos valía de combustible. ( Leñas del huerto, enseres en desuso de nuestro casero D. Jesús ,que almacenaba en el garaje , muebles viejos, colchones olvidados por algún rincón...... ) en fin, que no le metimos fuego a la cabaña de milagro. Gamberros, gamberros y mas que gamberros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario