sábado, 14 de febrero de 2015

Y NO AMANECE. Juanillo Pérez



En la cabaña, aparte de otras muchísimas cosas, también de vez en cuando, nos daba por estudiar.
De esto va esta graciosa historieta.

Estábamos en el comedor todos juntos hablando del importante examen que teníamos al día siguiente, y en la necesidad de hincar los codos a tope desde ese mismo momento hasta la hora del examen, para salir victoriosos.
Nos aprovisionamos de café, Coca-Colas, Katovit y demás artilugios para estar bien despiertos toda la noche .
Así que manos a la obra. La mesa del comedor fue rápidamente desalojada de los restos de comida de una semana y quedó preparada para ser testiga de nuestra proeza estudiantil.

Recuerdo a nuestro Carlos, alzar el bolígrafo al cielo y pronunciar los conjuros y exaltaciones propios de la ocasión, que nos ayudarían y motivarían para el estudio.
Las primeras risas se produjeron cuando Carlos, a poco del maratón de estudio decidió irse a dormir, no sin antes oír las protestas de los demás compañeros de estudio.
Carlos decía que madrugaría y seguiría estudiando, hasta la hora del examen, que necesitaba descansar un ratito .-" Pondré el despertador a las seis". Y marchó a sus aposentos..
En fin, nos quedamos huérfanos en el estudio y como andábamos algo inquietos , decidimos gastarle una bromilla al bueno de Carlos.

Decidimos adelantar la hora de todos los relojes de la casa incluidos el despertador de Carlos y su reloj de muñeca . Y cuando sonara y creyera Carlos que eran las seis, en realidad eran las tres.
El cambio de hora fue todo un éxito y a la hora y pico de que Carlos se fuera a dormir, oímos sonar el despertador en su habitación. Nosotros cómplices de tan malévola broma, nos mirábamos unos a otros con una mueca de risa sostenida y aguantada.
Asomándonos con disimulo al pasillo esperábamos ver a Carlos salir de su habitación, y así fue.
Abrió su puerta y dirigiéndose al comedor, se sorprendió mucho de que estuviéramos todavía despiertos y estudiando.
Venga Carlos únete a nosotros.-" Joer, parece que he dormido poco" , decía Carlos, entre las risas disimuladas nuestras .

Al rato de estar por allí estudiando veíamos a Carlos algo mosqueado. " ¿qué raro, son las siete y está todavía de noche?"...
Ya aquello provocó unas risas y fue cuando Carlos descubrió por un reloj que tenía en el coche todo el montaje.
Ni mucho menos nuestro Carlos se lo tomó a mal. Aunque nos ganamos una cariñosa regañina suya. Pero, mirándolo bien, aquello le sirvió a Carlos para estudiar más y aprobar ese importante examen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario